BRUSELAS, 26 Mar. (EUROPA PRESS) -
Los jefes de Estado y de Gobierno de los 27 respaldaron este viernes la primera Estrategia de Seguridad Interior de la UE, una de las prioridades del semestre de presidencia española. La nueva Estrategia define las amenazas comunes para los Estados miembros --desde el terrorismo hasta el crimen organizado, el tráfico de seres humanos o la pornografía infantil--, los instrumentos para combatirlas, los valores que deben respetarse en la lucha contra estas amenazas y las prioridades de acción futura.
La Estrategia de Seguridad Interior ya había sido aprobada por los ministros del Interior de la UE, liderados por Alfredo Pérez Rubalcaba, el pasado 25 de febrero.
El documento no incluye grandes novedades sino que su objetivo es explicar a la opinión pública qué hace la UE en común para mejorar la seguridad, por lo que su valor es fundamentalmente político. "No existe el 'riesgo cero', pero, a pesar de ello, la Unión debe crear un entorno seguro en el que la gente en Europa se sienta protegida", afirma el texto.
"Deben ponerse en práctica los mecanismos necesarios para mantener unos altos niveles de seguridad, no sólo dentro del territorio de la UE, sino también en la medida de lo posible cuando los ciudadanos viajen a terceros países o se encuentren en un entorno virtual como Internet", subraya.
El terrorismo en cualquiera de sus formas, el crimen organizado o la ciberdelincuencia son algunas de las amenazas comunes que destaca la Estrategia de Seguridad Interior. También se alude al tráfico de armas, drogas y seres humanos, la pornografía infantil, los delitos económicos y la corrupción, la violencia juvenil o la violencia en los eventos deportivos, los desastres naturales y los causados por el hombre, como incendios o cortes de energía, o los accidentes de tráfico.
Para combatir estas amenazas, la UE se compromete a respetar una serie de valores y principios, especialmente los derechos fundamentales, la privacidad, la protección a las víctimas del delito, la transparencia, la lucha contra la discriminación y la solidaridad entre los Estados miembros.
La estrategia da especial prioridad a la prevención y anticipación del delito, con la creación de un registro europeo de pasajeros aéreos, o un mayor intercambio de la información y de análisis de riesgo. También apuesta por abordar las causas de los delitos, por ejemplo reforzando la cooperación con las escuelas o con el sector privado para combatir el blanqueo de dinero.
En la medida en que la seguridad interior depende en gran medida en la exterior, la estrategia aboga por trabajar estrechamente con los países terceros y con las organizaciones internacionales.
