LONDRES, 16 Dic. (EUROPA PRESS) -
La agencia de calificación Standard & Poor's (S&P) ha rebajado el rating de la deuda a largo plazo de Grecia de 'A-' a 'BBB+' y mantiene la vigilancia con implicaciones negativas ya que es improbable que las medidas anunciadas por el gobierno heleno para reducir el alto déficit fiscal puedan, por si solas, lograr una reducción sustancial de la carga de la deuda pública, según informó la agencia en un comunicado.
En esta línea, S&P considera que los esfuerzos del Gobierno para reformar las finanzas públicas se enfrentan a obstáculos internos que podrían requerir esfuerzos añadidos durante varios años para poder superarlos.
Asimismo, cree que, debido a las revisiones al alza de sus proyecciones de la deuda de las administraciones públicas de Grecia y los niveles de déficit y a los gastos previstos por el Estado, la flexibilidad fiscal de Grecia ha disminuido más de lo que la agencia había previsto.
En este sentido, la agencia espera un déficit general de dos dígitos en relación al Producto Interior Bruto de este año y el próximo que aumentará ampliamente la carga de la deuda del gobierno griego al 126% del PIB en 2010 y alrededor del 138% en 2012. En su opinión, el incremento de la carga de la deuda reduce la posibilidad de su estabilización, particularmente en un entorno de crecimiento económico a corto plazo significativamente más débil.
En este sentido, varios factores aumentan los desafíos a los que deben enfrentarse los políticos griegos. "Si bien la adhesión a la Unión Monetaria ha hecho más fácil incurrir en déficits fiscales y externos ya que no conllevan presiones monetarias, la habilidad de los políticos para superar los desequilibrios dentro de los límites de la Unión Monetaria depende casi exclusivamente del ajuste fiscal, sobre todo en el lado del gasto", agrega.
En este escenario, subraya que el país se enfrenta a un proceso de ajuste "más difícil" por el deterioro de la competitividad griega, que pesa sobre las perspectivas de crecimiento económico.
En segundo lugar, apunta que el hecho de que la probabilidad de que los costes de financiación sigan creciendo, aumentará las exigencias de financiación del Gobierno, independientemente de los mayores gastos que generen los intereses asociados a un aumento del saldo de la deuda.
Según S&P, esta situación se ve compensada en parte por la "relativamente alta prosperidad económica del país" y su pertenencia a la zona euro, que le sigue proporcionando un entorno estable. Asimismo, el hecho de que el promedio de vencimiento de la deuda de la República Helénica, alrededor de ocho años, se encuentre entre los más altas de la zona euro le da a Grecia una "fortaleza adicional", a pesar de un reciente aumento en la emisión de deuda a corto plazo.
Sin embargo, alerta de que los problemas estructurales subyacentes asociados a una débil competitividad del país permanecen en gran medida sin resolverse, hecho que aumenta "la probabilidad de un aterrizaje forzoso y prolongado para la economía griega". En su opinión, las débiles perspectivas económicas a corto plazo en un entorno como el actual deberían animar al país a llevar a cabo reformas significativas.
