HRW pide a los insurgentes tailandeses que dejen de asesinar a los profesores

Europa Press Sociedad
Actualizado: viernes, 19 junio 2009 13:38

MADRID 19 Jun. (EUROPA PRESS) -

Los insurgentes separatistas deben parar inmediatamente sus ataques contra los profesores en las provincias fronterizas en el sur de Tailandia, según pidió hoy la organización defensora de los Derechos Humanos Human Rights Watch (HRW), quien afirmó que cinco profesores han sido asesinados por los insurgentes en el sur desde que comenzó el nuevo año escolar, el pasado mes de mayo.

HRW también pidió a las autoridades tailandesas que lleven ante la Justicia a los responsables y tomen medidas para mejorar la seguridad en las escuelas. "En una tendencia enfermiza, los insurgentes separatistas están atacando cada vez más a los profesores, que son considerados un símbolo de la autoridad gubernamental en la cultura budista tailandesa", señaló el director para Asia de HRW, Brad Adams. "No hay ninguna excusa para una brutalidad semejante", añadió.

Después de cada ataque, las escuelas en las zonas afectadas fueron cerradas por motivos de seguridad, mientras que cientos de profesores han pedido su traslado de la región. Los ataques contra los maestros no sólo violan las leyes internacionales sino que amenaza el derecho básico de los niños a la educación.

Las muertes más recientes son sólo los últimos ataques contra los profesores en el sur de Tailandia. Se cree que una nueva generación de milicianos llamada los Combatientes para la Liberación del Patani --una región en el sur del país--, es la responsable de matar a 115 profesores y herir a otros 100 más desde enero de 2004, cuando aumentó la insurgencia. Los milicianos también han incendiado más de 200 escuelas en el mismo período.

El Gobierno del primer ministro, Abhisit Vejajiva, ha prometido prestar más atención a las medidas necesarias para hacer las escuelas más seguras. HRW pide al Gobierno que tome los pasos necesarios para dar más seguridad a las escuelas y los profesores, aunque también ha expresado su preocupación sobre la vigilancia que llevan a cabo las unidades locales de seguridad en venganza por los ataques insurgentes.

LAS TENSIONES AUMENTAN

Durante los últimos cinco años ha habido numerosos asesinatos de profesores religiosos musulmanes y ataques contra mezquitas y escuelas musulmanas, sin que se haya dado una investigación criminal de los casos, lo que ha llevado a pensar a muchos musulmanes de etnia malaya que el Gobierno tailandés ha estado implicado en un encubrimiento de los actos.

Las tensiones aumentaron el pasado 8 de junio, después de que seis hombres armados con rifles y pistolas comenzaran a disparar contra los fieles que rezaban la oración vespertina en una mezquita de la provincia de Narathiwat, en el sur. Al menos diez personas murieron y otras doce resultaron heridas. El 15 de junio, los insurgentes separatistas acuchillaron hasta la muerte a un cauchero y después le decapitaron y le cortaron sus brazos y piernas antes de prenderle fuego, un asesinato que, según un panfleto encontrado cerca de la cabeza del muerto, se realizó como venganza por la masacre de la semana anterior en la mezquita.

"Los separatistas insurgentes afirman que los abusos realizados por las fuerzas de seguridad justifican sus ataques, pero el Gobierno de Tailandia no debe permitir que sus tropas adopten la misma lógica", apuntó Adams. "Cualquier intento por encubrir la conducta errónea de las fuerzas de seguridad llevará a un aumento de la violencia. Es hora de que el Gobierno tailandés afronte las causas originales del conflicto", añadió.

Contenido patrocinado