Actualizado 05/10/2011 20:50

AI dice que Afganistán sólo ha conseguido "progresos lentos" y "promesas incumplidas" tras la invasión

MADRID, 5 Oct. (EUROPA PRESS) -

Amnistía Internacional ha afirmado este miércoles que Afganistán, diez años después de la invasión militar estadounidense, sólo ha conseguido "progresos lentos" y "promesas incumplidas" por parte del Gobierno que preside Hamid Karzai y sus aliados internacionales.

"Diez años después de la invasión militar encabezada por Estados Unidos que expulsó a los talibán de Afganistán, el Gobierno afgano y sus aliados internacionales han incumplido muchas de las promesas que hicieron al pueblo afgano", ha asegurado AI en un comunicado.

El director del Programa para Asia y Oceanía de Amnistía Internaconal, Sam Zarifi, ha incidido en que en 2001, tras la intervención internacional, "había muchas esperanzas depositadas" en el país centroasiático pero, "desde entonces", "los avances en Derechos Humanos se han visto puestos en peligro por la corrupción, la mala gestión y los ataques de grupos insurgentes que han mostrado un desprecio sistemático por los Derechos Humanos y las leyes de la guerra".

"Hoy día, muchos afganos se atreven a esperar mejoras en la situación de los Derechos Humanos en su país. El Gobierno afgano y sus aliados internacionales deben respaldar dichas esperanzas con medidas concretas para defender esos derechos", ha subrayado.

AI ha subrayado que, tras analizar el estado de los Derechos Humanos en Afganistán, "ha detectado algunos progresos" en la promulgación de leyes sobre Derechos Humanos, en la reducción de la discriminación contra las mujeres y en el acceso a educación y a la atención médica.

A pesar de ello, "los progresos" en materia de justicia, labor policial, seguridad humana y desplazamientos "se han estancado o incluso han experimentado un retroceso. AI ha afirmado que las condiciones que sufren quienes viven en áreas "muy afectadas" por la insurgencia "han sufrido un grave deterioro".

"La aparición de una comunidad pequeña pero dinámica de periodistas y el modesto regreso de las mujeres a las escuelas, el mundo laboral y al Gobierno son señales de los progresos realizados durante los últimos diez años", ha añadido.

DERECHOS DE LAS MUJERES

En este sentido, la organización no gubernamental ha destacado que el Gobierno afgano ha aprobado varias leyes que "parecen reforzar los derechos de las mujeres". Además, a su juicio, "la nueva Constitución otorga una condición de igualdad a los hombres y las mujeres y designa un cupo de un cuarto de los escaños del Parlamento para que sean ocupados por mujeres". AI también ha resaltado que, en las elecciones parlamentarias celebradas en 2005 y 2010, "las mujeres ocuparon algunos escaños más que los especificados en el cupo".

Frente a estos avances, Amnistía cree que, diez años después, "la violencia contra periodistas y trabajadores de medios de comunicación ha aumentado". "En las zonas muy afectadas por los talibán y otros grupos insurgentes, la libertad de expresión y opinión está severamente limitada", ha subrayado.

En materia de enseñanza, la organización ha estimado que el acceso a la educación "también ha mejorado considerablemente desde 2001". "En la actualidad, siete millones de niños y niñas (el 37 por ciento niñas) asisten a la escuela. Durante el régimen talibán había menos de un millón de estudiantes y a las niñas prácticamente no se les permitía asistir a la escuela", ha indicado.

Sin embargo, AI ha alertado de que, en los nueve meses previos a diciembre de 2010, "al menos 74 escuelas de Afganistán fueron destruidas o cerradas a causa de la violencia insurgente, ejercida mediante ataques con cohetes, bombas, incendios provocados y amenazas". De estos ataques, según ha concretado, "26 estuvieron dirigidos contra escuelas para niñas, trece contra escuelas para niños y 35 contra escuelas mixtas".

"El gobierno afgano y sus aliados no pueden seguir justificando su pobre actuación alegando que las cosas están mejor que en los años noventa. Cuando se ha ofrecido a la población afgana seguridad y ayuda económica, ésta ha superado obstáculos tremendos para mejorar sus condiciones. Pero, con demasiada frecuencia, esas promesas de ayuda no se han cumplido", ha manifestado Zarifi.

CRECIENTE CONFLICTO

Amnistía Internacional ha estimado que las mejoras iniciales realizadas después de 2001 "se han visto seriamente perjudicadas por el creciente conflicto, ya que la inseguridad obstaculiza el trabajo de escuelas y clínicas en las zonas de conflicto y las comunidades rurales". Además, ha advertido de que los índices de mortalidad materna del país han mejorado pero "siguen siendo de los más altos del planeta".

Sobre el Alto Consejo para la Paz, un órgano compuesto por 70 miembros, sólo cinco de ellos mujeres, y que tiene como objetivo negociar con los talibán y con otros grupos insurgentes para que abandonen la violencia, la organización no gubernamental ha recordado que los grupos de mujeres afganas su temor por la posibilidad de que los modestos progresos que han alcanzado puedan ser utilizados como moneda de cambio para negociar un alto el fuego.

"Es fundamental que los derechos de las mujeres no se vendan a los intereses de las negociaciones de paz. El proceso de paz de Afganistán no debe dar lugar a que se ponga precio a los derechos de las mujeres. Estos derechos no son negociables. El historial de Derechos Humanos de los talibán es espantoso y todas las negociaciones para la reconciliación deben incluir una representación adecuada de mujeres afganas", ha manifestado Sam Zarifi.

AI también ha alertado sobre el aumento de civiles afganos heridos y muertos como consecuencia de los combates entre tropas internacionales y elementos talibán e insurgentes. En este sentido, ha recordado que la ONU ha documentado la cifra "récord" de 1.462 civiles fallecidos en los seis primeros meses de 2011.

Por último, ha puesto de manifiesto que el conflicto armado en el país centroasiático ha provocado el desplazamiento interno de casi 450.000 personas, "la mayoría de las cuales se han asentado en las provincias de Kabul y Balj, donde viven en condiciones extremadamente malas, con acceso limitado a alimentos, saneamiento adecuado o agua potable segura".

"Los aliados internacionales del Gobierno afgano, incluido Estados Unidos, han declarado reiteradamente que no abandonarán al pueblo afgano. Deben cumplir este compromiso, para garantizar que los derechos no se dejan de lado mientras la comunidad internacional busca una salida", ha concluido Zarifi.