Actualizado 11/02/2008 17:02

Los oftalmológos aragoneses que regresaron de Chad afirman que en ningún momento vivieron "peligro real"

ZARAGOZA, 11 Feb. (EUROPA PRESS) -

Los tres médicos oftalmólogos que tuvieron que regresar de manera precipitada de la República del Chad han indicado hoy, en rueda de prensa, que durante su estancia allí, mientras estaban trabajando no tuvieron sensación de peligro, "sólo hubo situaciones tensas en el viaje de vuelta" pero en ningún momento vivieron "peligro real".

Los médicos oftalmólogos, miembros de la 'Fundación Ilumináfrica' estaban llevando a cabo acciones humanitarias en el sur de ese país centroafricano, cuando al sexto o séptimo día de estar allí, "estábamos operando y desde la fundación nos avisaron que teníamos que evacuar del país pero no por la capital, sino por Camerún", dijo uno de los facultativos, Ángel Domínguez Polo.

Al día siguiente emprendieron el camino de vuelta, una aventura de casi cuatro días de duración. Desde Dono Manga, el lugar donde estaban realizando las labores humanitarias, tuvieron que ir hasta Läi, "hay sólo 80 kilómetros, pero nos costó dos horas". Luego tuvieron que cruzar un río con una canoa fabricada con un tronco hueco, una aventura porque "íbamos cargados con las maletas", comentó Domínguez Polo.

Un jeep les esperaba al otro lado del río para llevarlos hasta Camerún, una distancia de 400 kilómetros que recorrieron en 10 horas. "Fue entonces cuando tuvimos 2 ó 3 momentos de tensión", relató Domínguez, ya que les hacían parar en puestos policiales, les pedían los pasaportes "e incluso dinero", relató Domínguez Polo. El conductor del jeep era natural de Chad y "era él el que tramitaba con los policías. Una vez en Camerún, "tuvimos un viaje tranquilo", aunque los tres afectados padecieron un viaje largo y tomaron dos aviones.

Por otra parte, lo mejor de su estancia en Chad "ha sido ver la cara de los pacientes, una vez operados" porque tras la intervención habían recuperado la vista, indicó emocionado el oftalmólogo. "Un paciente nos contó que había pasado mucha hambre por no poder ver para buscar su propia comida". Otro de los médicos, Juan Ibáñez Alperte, comentó que ante todo es una labor humanitaria "y éso es lo que te hace fuerte y seguir adelante".

Los tres médicos coinciden en que a pesar de todo "quedan ganas de volver". Ibáñez Alperte señaló que "aprovechamos en todo momento, no dejamos de trabajar ningún día".

Arturo Rodríguez relató que era la primera vez que iban a África y "una cosa es verlo por la televisión, y otra muy distinta es estar allí, cuando llegas parece que estás a un millón de kilómetros y a un millón de años de España".

El tesorero de la 'Fundación Ilumináfrica', José María Ortega, señaló que la repatriación se ha llevado a cabo de manera óptima gracias a la labor de un miembro de la entidad, José Antonio Pérez, que "desde el principio estuvo en contacto con los médicos y gestionó el seguimiento de la actividad hasta el final". También, apuntó que los cónsules y la embajada española les prestaron atención inmediata tras recibir la noticia.

La persona clave mientras permanecieron en Chad fue el obispo católico de Läi, José Miguel Sebastián, que es de Zaragoza y lleva 30 años allí. Ibáñez Alperte apuntó que las noticias más fiables eran las que recibían de las monjas francesas de la zona.

Domínguez Polo manifestó que sabían que estaban muriendo cientos y miles de personas en la capital de Chad "pero nosotros, a 400 kilómetros, no percibíamos realmente lo que estaba ocurriendo". Siempre estuvieron comunicados con la fundación y con sus familias por internet.

FUNDACIÓN ILUMINÁFRICA.

La 'Fundación Ilumináfrica' es una entidad sin ánimo de lucro formada por 50 médicos oftalmólogos aragoneses. Los tres médicos que viajaron a Chad realizaron la actividad 'Ceguera inevitable', consistente en operar a enfermos ciegos reversibles, ya sea por cataratas o por tracomas. La patología de la tracoma consiste en una infección en los ojos que aunque haya desaparecido queda en los párpados unas cicatrices que provocan la ceguera al rozar con la córnea.

La fundación está subvencionada por el Gobierno de Aragón, Caja Inmaculada y Acción Social Católica. En esta tercera expedición los médicos han realizado 320 consultas, con una media de 40 ó 50 diagnósticos al día, y un total de 101 intervenciones quirúrgicas.