Actualizado 12/12/2007 16:03

Las siamesas marroquíes separadas en el 1998 en el Hospital de la Paz regresan a Madrid para una revisión

MADRID, 12 Dic. (EUROPA PRESS) -

Las siamesas marroquíes que fueron separadas en 1998 en el Hospital de la Paz, nacieron unidas por la parte final de la columna y compartían vejiga y uretra, regresaron esta semana a Madrid para someterse al examen del cirujano pediátrico que les trató entonces, el doctor Tovar.

Ahora tienen 12 años y corren por los pasillos de la sección de pediatría hablando sin parar entre ellas y relacionándose sin problemas, salvo el del lenguaje, con toda enfermera, médico o camillero que se les cruza por el camino. Salma y Samya estarán aquí pocos días, esta semana, porque regresarán a Marruecos para pasar la Navidad junto a su familia.

En declaraciones a Europa Press, el jefe del departamento de Cirugía Pediátrica del Hospital de la Paz, Juan Antonio Tovar, explicó que las niñas, después de no haberlas visto durante muchos años y no haberles realizado ninguna inspección seria debido a la lejanía, "están muy bien". "Estamos sumamente satisfechos con el resultado", comentó.

EL PROBLEMA DE LA LEJANÍA.

La operación que realizaron el 14 de marzo de 1998, él y otros 30 especialistas cirujanos, duró aproximadamente 14 horas y fue "algo extraordinariamente complicado". Según recordó, todos los médicos implicados "mostraron su altísimo nivel y tanto la parte ortopédica, como la urológica, como la plástica y la digestiva salieron bien".

"No obstante, estas intervenciones están destinadas a conseguir un mal menor, de manera que lo que hicimos fue separarlas que era un bien importante, y reconstruirlas lo más parecido a la normalidad; en su caso, para muchas cosas hemos conseguido que sean normales, andan, son independientes y estupendas, pero tienen algunas secuelas que se intentarán remediar", comentó.

Según apostilló, de cara al futuro, el problema principal que existe con esta pareja "es la lejanía" porque según dijo "es difícil seguir el día a día las secuelas y poner el remedio cuando llega el momento". "Ellas necesitan una operación por lo menos en los próximos meses para mejorar la evacuación de la orina, y posteriormente alguna más", indicó.

Con todo, a pesar de las secuelas, Tovar dijo que pueden llevar una vida normal, de hecho apuntó que van a la escuela, "son inteligentes, despiertas, muy comunicativas, andan y se desplazan bien y hasta pueden hacer deporte".