Publicado 28/05/2016 14:59

Maite Arango, presidenta de Ashoka España: "Todos podemos ser agentes de cambio"

Maite Arango, presidenta Ashoka España
ASHOKA

Ashoka España ha recibido recientemente el máximo reconocimiento de Cruz Roja, la Medalla de Oro, por "la trascendencia de su trayectoria de apoyo en nuestro país a las iniciativas de emprendimiento social, destinadas a dar respuestas a problemas humanos", según ha explicado la organización. La entrega ha formado parte de la celebración del Día Mundial de la Cruz Roja y la Media Luna Roja, presidida en Albacete por la Reina doña Letizia. La presidenta de Ashoka España, Maite Arango, accionista y vicepresidenta del Consejo de Administración del Grupo Vips, detalla en esta entrevista a Europa Press las características de esta red de emprendedores.

.- Antes de nada, felicidades por la Medalla de Oro de Cruz Roja. ¿A qué crees que obedece este reconocimiento?

El lema de los premios de esta edición era la juventud y el empoderamiento de los jóvenes y creo que Ashoka juega un papel muy importante en este sentido. También pienso que este año Cruz Roja ha apostado por dar los premios a una entidad que trabaja en un enfoque muy innovador, en línea con la Asociación Cultural Gitana Vencedores de Sevilla, que se fundó hace menos de un año y que también trabaja en el empoderamiento de las personas como agente de cambio. Y yo creo que por ahí va la decisión de Cruz Roja de cara a Ashoka.

.- ¿Cómo trabaja Ashoka?

A nivel mundial, existe una red de miles y miles de nominadores altruistas que está buscando a personas que tengan proyectos en marcha innovadores, replicables y sostenibles. Una vez que se localiza, se le hace una entrevista formal y, a partir de ahí, la persona pasa por hasta cuatro o cinco paneles internacionales de expertos en su temática en los que tiene que haber unanimidad de todos. Porque una vez que se convierte en emprendedor de Ashoka, se le paga por tres años para que esa persona pueda dejar su trabajo si es que lo tiene y se dedique de lleno a su proyecto, usando para ello la red de emprendedores y los servicios necesarios para fortalecer su proyecto.

Esta complejidad en la elección hace que salgan unas métricas muy bonitas. Por ejemplo, el 57% de emprendedores de Ashoka ha cambiado politicas de nacionales; el 91% de los proyectos de Ashoka son replicados por otros grupos en otras regiones; y en cuanto a inversión, el 83% de emprendedores sigue trabajando en su idea 10 años después de su selección.

Estos números convencen a la red de impulso y a las empresas en invertir y en crear una relación estratégica porque se dan cuenta de que su inversión es a muy largo plazo. Por ejemplo, entre nuestros emprendedores, hay dos premios Nobel de la Paz: el impulsor de los microcréditos Muhammad Yunus (premiado en 2006) y el indio Kailash Satyarthi que, junto con la joven pakistaní Malala Yousafzai, fue galardonado en 2014 por luchar contra el trabajo infantil.

.- En marzo fuiste elegida presidenta de Ashoka España, entidad a la que llevas unida desde 2005. ¿Qué significa este nombramiento para ti? ¿Qué crees que puedes aportar?

Mi historia con Ashoka puede ser inspiradora. Cuando llegó a España, mi primera relación fue estratégica de empresa-ONG, que hace 14 años no se daba mucho en España. Ese fue nuestro primer contacto. De esa relación nace otra más personal, en la que me empiezo involucrar con la asociación y sus proyectos. En un momento dado, paso a formar parte de su logística y entro en su comité ejecutivo, además de colaborar a nivel internacional y formar parte de su patronato.

Creo que ahora es el momento de forjar mirando al futuro y crecer en todas la áreas. Por un lado, buscamos a emprendedores de un perfil concreto (hay uno de entre cada 10 millones de habitantes, en España buscamos a cuatro al año, a veces no llegamos a ese número); también trabajamos por la educación a través del programa 'Escuelas para el cambio Changemaker', con el que buscamos y emponderamos a colegios en España que educan de forman distinta, siguiendo el CV tradicional pero también educando en empatía, liderazgo, resolución de problemas y colaboración. La tercera pata en la que trabajamos es ser actor en la creación de vínculos a nivel de impacto social entre la sociedad, el mundo empresarial y el mundo del Tercer Sector.

.- ¿Cuáles crees que serán los principales retos que tendrás que afrontar?

Una ambición personal mía, mirando al futuro, es crear un lazo más fuerte entre España y Latinoamérica desde Ashoka. Ahora mismo hay un equipo muy potente y yo soy muy optimista en cuanto al papel de Ashoka en los próximos años. La presidencia no tiene un papel de mando sino de cohesión y visión hacia el futuro.

Creo que vivimos un momento de enorme cambio y, debido a la tecnología, es un cambio exponencial. Para el niño que nace hoy, su puesto de trabajo aún no se ha creado, no existe. Viendo el mundo de esta manera, con este crecimiento exponencial, las bases de Ashoka son muy claras y nuestro lema es que todos seamos agentes de cambio. Por eso hay que empezar con el niño y apoyar que se siembre la semilla de emprendimiento para crear sociedades más emprendedoras en el futuro.

Tenemos la gran ventaja de, al ser una organización global, forjamos alianzas muy estratégicas con las empresas, tanto a nivel nacional como internacional. También tenemos otra red que es clave que es la 'Red de Impulso de Ashoka', personas que, a título personal, deciden apoyar a Ashoka desde un punto de vista financiero a tres años y desde el punto de vista de sus profesiones, haciendo 'mentoring' a los emprendedores o colaborando con voluntariado corporativo, entre otras acciones.

.- Has sido embajadora del programa de innovación educativa 'Escuelas para el cambio', al que antes ha hecho alusión. ¿Qué diferencia este programa de otros educativos?

Hablamos de una educación 'changemarker'. ¿Cómo se define una escuela para el cambio? Son escuelas donde los jóvenes tienen la oportunidad de convertirse en agentes de cambio y para ello el colegio se transforma. Esas escuelas pueden estar lideradas por emprendedores sociales que no lo saben. Se trabaja la empatía, el trabajo en equipo y el empoderamiento. El educador es un vehículo, más allá de un formador. La idea es ir creciendo en número a lo largo de los años. Están muy diversificadas aunque quizás la más conocida sea la de Madrid, el centro de formación Padre Piquer.

.- También te has referido a la colaboración entre emprendedores sociales y empresas como nueva fuente de valor económico y social. ¿Están las empresas suficientemente implicadas con el emprendimiento social?

Yo creo que cada vez más. El tener el emprendimiento en tu ADN te lleva a hablar el mismo idioma que un empresario: uno es un emprendedor que se lucra y otro es un emprendedor social pero en ambos casos se habla de lo mismo, de emprendimiento. Gracias a ese lenguaje común se establece una relación de confianza y de igualdad.

Nuestros emprendedores son personas que ven un problema, le buscan una solución que no se le ha ocurrido a nadie y que tiene la capacidad de ser exponencial en cómo afecta a la resolución del problema.

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