VALLADOLID, 2 Mar. (EUROPA PRESS) -
Los peritos que testificaron hoy en el juicio con jurado popular que se celebra desde la pasada semana en la Audiencia de Valladolid contra Ismael V.S, acusado de dar muerte a su hermana y al padre de ambos en junio de 2007 con un cuchillo de cocina y una catana, respectivamente, discreparon respecto de la imputabilidad del joven, ya que mientras dos forenses consideran que no está loco y que cuando ocurrieron los hechos sabía perfectamente lo que hacía, el psiquiatra que le venía atendiendo antes del trágico suceso le diagnosticó una esquizofrenia simple que le hace inimputable, es decir, no responsable de lo ocurrido desde el punto de vista penal.
Los partidarios de su responsabilidad a efectos penales, los dos médicos forenses que examinaron a Luis V.S. a posteriori de los hechos, coincidieron al presentar a un joven con una inteligencia normal--su coeficiente intelectual es de 91--pero que padece un trastorno esquizoide de la personalidad "de muy poca intensidad que le plantea dificultades en las relaciones interpersonales y le lleva al aislamiento", si bien ambos profesionales mantuvieron que "no está loco, sus actos son voluntarios y era perfectamente consciente de lo que hizo y lo hizo queriendo".
Frente a ellos, el psiquiatra que comenzó a asistir al acusado a partir de 2004, fecha en la que tuvo un intento de suicidio, discrepó abiertamente respecto del diagnóstico realizado por los anteriores y sostuvo que cuando Luis V.S. acabó con la vida del padre armado con una catana--el fiscal le acusa también de la muerte de su hermana--no era consciente de sus actos puesto que padecía una esquizofrenia simple.
El perito, en declaraciones recogidas por Europa Press, explicó que Ismael V.S, quien desde el primer momento tan sólo se ha reconocido autor de la muerte de su progenitor en defensa propia después de que éste acabara con la vida de su hermana con un cuchillo de cocina, experimentó a partir de 2004 un cambio radical en su personalidad al cortar la relación social y laboral y pasar a recluirse durante casi tres años en su habitación.
De entre distintos episodios que denotarían que el acusado sufre una esquizofrenia simple, el psiquiatra recordó precisamente el ocurrido en 2004 en la habitación del hotel donde el joven se cortó las venas para suicidarse. Minutos antes, cuando el suicida "estaba viendo la tele escuchó a través del aparato que su sangre estaba contaminada", recordó el perito, quien añadió que las personas con rasgos esquizofrénicos acostumbran a escuchar voces.
En lo que sí coincidieron todos los peritos es en el terror que el acusado sentía hacia su propio padre, fruto del carácter violento de éste y las constantes humillaciones a las que le sometía ante sus amigos y chicas, tanto fuera como dentro del domicilio familiar, además de por las "violaciones nocturnas" sobre su madre, circunstancia esta última que Ismael refirió al psiquiatra en una de sus consultas.
LAS DOS MUERTES POR SORPRESA
La cuarta jornada del juicio estuvo centrada igualmente en los informes sobre las causas de la muerte del padre y la hermana del procesado, Luis Mateo V. y María Victoria, quienes, como así certificaron los forenses, fueron atacados por "sorpresa", el primero en las escaleras de la vivienda y la segunda cuando dormía en su propia habitación.
El cadáver de padre presentaba hasta 29 heridas producidas por una catana o espada samurai. El primer golpe de sable le impactó en la cabeza, le abrió la carlota craneal y seccionó una rodaja del cerebro, precisamente la parte que controla la actividad motora, con lo que la víctima sufrió la paralización de la pierna derecha y cayó desplomada boca abajo al pie de la escalera.
Por las características de la lesión, los forenses apuntaron que ese primer mandoble "requería de una preparación" por parte del acusado, quien pilló desprevenido a su progenitor al que descargó el golpe a gran velocidad al verle asomar la cabeza cuando subía por la escalera a la planta superior. No obstante, la herida mortal fue la que le entró por la zona izquierda del tórax y salió por el esternón tras atravesar el corazón de parte a parte. Es una lesión de remate que provocó la muerte inmediata.
Por su parte, la hermana del acusado fue hallada en su habitación tendida sobre la cama y con un total de quince heridas producidas con un cuchillo de cocina, lesiones que, al igual que en el caso anterior, "revelan una intención homicida" debido a las zonas a las que fueron dirigidas. Los forenses entienden que las primeras cuchilladas, buena parte de ellas en el tórax, las recibió la joven "desprevenida" cuando se hallaba durmiendo "debido a que esos golpes son muy certeros y dirigidos al corazón", precisaron los peritos, quienes añadieron que la víctima presentaba también heridas en ambos antebrazos en su intento posterior de defenderse.
El juicio podría entrar mañana en su fase definitiva, con la exposición de las conclusiones de las partes. El joven se enfrenta a una posible condena de 40 años de cárcel, 20 por cada uno de los asesinatos con alevosía y la agravante de parentesco que solicita el Ministerio Fiscal.
La defensa, por su parte, imputa únicamente al joven el homicidio del padre pero le considera inimputable, debido a los graves problemas psiquiátricos que le atribuye. Por ello, pide una sentencia absolutoria y el internamiento de su patrocinado por espacio no superior a cinco años para que pueda recibir el oportuno tratamiento.