MADRID, 16 Nov. (EUROPA PRESS) -
El número de adolescentes españoles que hacen 'botellón' semanalmente se duplica en los últimos seis años, según el estudio 'Los adolescentes ante el alcohol. La mirada de los padres y madres', perteneciente a la 'Colección de Estudios Sociales' de la Fundación La Caixa, presentado hoy por el director técnico de la Fundación de Ayuda contra la Drogadicción y director del texto, Eusebio Megías Quirós.
"No aumenta el número de adolescentes que hacen 'botellón', sino la frecuencia con la que éstos se reúnen para beber", afirmó Mejías, al tiempo que sostuvo que esta actividad la practican la mitad de los adolescentes españoles.
Según este estudio, las medidas que las instituciones han tomado para la prohibición o control del 'botellón', se han encaminado más hacia cuestiones de orden público, que a la salud de los ciudadanos y, en concreto, de los adolescentes. "Para algunos, si los 'botellones' se trasladaran a las afueras del núcleo urbano, ya dejarían de ser un problema" apostilló el experto.
En cuanto a las motivaciones que "socialmente" se asignan a la realización del 'botellón', como ahorro de dinero o la mayor calidad del producto, el director del estudio sostuvo que éstos son argumentos explicativos que están por debajo de otras motivaciones "como la apropiación (por los jóvenes) de un espacio grupal, el establecimiento de sus propias normas y una forma de relación que determina una provocación en los adultos, de los que quieren diferenciarse".
"NORMALIZACIÓN" DEL CONSUMO.
Otro aspecto que confirma el aumento del consumo de alcohol entre los jóvenes es que, según este estudio, el 65 por ciento de adolescentes entre 14 y 18 años considera que es una práctica "normal". En este sentido, el director técnico de la Fundación de Ayuda contra la Drogadicción sostuvo que "la inmensa mayoría de chicos y chicas han incorporado el alcohol a sus ritos de ocio" en un contexto social que "rechaza el alcoholismo formalmente, pero que acepta la embriaguez jovial", añadió.
Megías negó que, desde los años 90, que es cuando se "institucionaliza" el modelo de consumo juvenil de alcohol, la edad de iniciación al consumo de alcohol sea cada vez más baja (14 años) sino que, de nuevo, "aumenta la frecuencia con que se bebe".
EL PAPEL DE LOS PADRES.
El trabajo pone de manifiesto que, que aunque los progenitores son conscientes de la existencia del consumo de alcohol como una problema real, "evitan tratarlo directamente con sus hijos por considerarlo precipitado antes de que se produzca, e inútil cuando ya se ha presentado".
"Los padres asumen como inevitable que sus propios hijos beban alcohol y llegan a justificar esta actitud como parte de un proceso de maduración que podrían entenderse como positivo", afirmó Megías.
Los autores del estudio apuntan que la estrategias de los padres para canalizar su "preocupación" no no deba de ser la de erigirse responsables del consumo de alcohol de sus hijos, sino la de fomentar acciones destinadas a fortalecer y apoyar el proceso de maduración de los adolescentes a través de valores como la autorresponsabilidad y el espíritu crítico.