OVIEDO, 26 Oct. (EUROPA PRESS) -
El propietario de un establecimiento hotelero de la localidad de Infiesto (Piloña), aceptó el viernes un año de cárcel por los abusos sexuales a una de sus empleadas de limpieza, a la que deberá indemnizar con 1.500 euros por los daños causados, informaron fuentes jurídicas a Europa Press.
El juicio se celebró de conformidad el pasado viernes, día 23, en el Juzgado de lo Penal número 2 de Oviedo después de que fuese aplazado, en el mes de septiembre, por renunciar al caso el entonces abogado de la defensa.
La Fiscalía había solicitado para él 3 años de prisión y por un delito de agresión sexual y el pago de una indemnización de 3.000 euros por los daños causados. Por su parte, la acusación particular elevaba la petición de pena de cárcel a cuatro años.
Los hechos sucedieron el 8 de junio de 2007, sobre las 15.30 horas, cuando el acusado se encontraba en el cuarto de lavandería del hotel con la denunciante que estaba planchando sábanas. En ese momento, la mujer le preguntó si iba a salir a las fiestas del pueblo, contestando el imputado que no tenía edad.
Posteriormente, A. L. R. cogió la mano de la víctima "de forma violenta" y la colocó sobre sus genitales al tiempo que le decía "qué, te parece que estoy maduro, pero estoy más verde que un adolescente", según el escrito de la fiscal.
La mujer le rechazó y el acusado le dijo que siempre que bajaban a la lavandería "se ponía así" y que un día no iba a poder controlarse, agarrándola bruscamente y colocándola frente a él, le tocó los pechos y los glúteos, según el ministerio público.
La víctima se zafó del acusado y se alejó de él, diciéndole que le daba asco percatándose de que se había bajado los pantalones y exhibía sus genitales, al tiempo que le preguntaba "¿De verdad que quieres rechazar esto?".
El acusado se subió los pantalones y se acercó a la mujer agarrándola "fuertemente", según la fiscal, y sentándola encima de una mesa, al tiempo que le sujetaba las manos con una mano y con la otra intentaba subirle el mandilón y bajarle las mallas. Además, le levantó el sujetador y le tocó y besó uno de los pechos.
La mujer opuso resistencia y consiguió bajarse de la mesa diciéndole el acusado "no voy a hacerte nada por la fuerza, si no tienes ganas hoy me conformo con que me lo trabajes con la boca", dijo, antes de ofrecerle dinero.
La víctima, según las mismas fuentes, consiguió zafarse y huir por las escaleras amenazando con decírselo a su mujer. El acusado la agarró de nuevo y la tiró por las escaleras al tiempo que le decía que no se lo contara, que no había pasado nada y que era "muy fogoso".
La acusación del caso fue ejercida por la letrada Carmen Herrero, del Centro de Atención a Víctimas de Agresiones Sexuales y Malos Tratos (CAVASYM).