MADRID, 27 Sep. (EUROPA PRESS) -
La presunta víctima de haber sido retenida durante 10 días en su piso sin agua, comida ni medicamentos ha asegurado este jueves que su expareja sentimental, acusado de un delito de tentativa de asesinato, le amenazó diciéndole: "Te vas a quedar aquí hasta que los vecinos huelan los cadáveres y tú vas a sufrir más que yo".
El acusado, Eugenio R.U., se encuentra en prisión desde el 22 de octubre de 2010 por un presunto delito de tentativa de asesinato con la agravante de parentesco. En la vista oral del juicio celebrada este jueves, el Ministerio Público ha pedido para él una pena de seis años de cárcel.
Según se ha explicado en el juicio, el procesado conoció a su pareja sentimental, Francisca A., en una Unidad de Desintoxicación donde ambos seguían tratamiento. Después de un año comenzaron una relación sentimental y se fueron a vivir juntos a principios de 2009.
Según la Fiscalía, con el tiempo el acusado comenzó a "aterrorizar a la víctima" diciéndole que "era un soldado de elite que había participado en la Guerra de Afganistán donde había cometido crímenes terribles". Asimismo, las dos hijas del acusado le contaron a Francisca A. que Eugenio R.U. "había roto el tabique a la madre de ambas".
Además, al parecer Eugenio R.U. recayó en el hábito de la bebida y comenzó a golpear y empujar a Francisca A. que, ante el temor que le provocaba el procesado, nunca denunció las agresiones.
Tras uno de estos incidentes en el que tuvo que intervenir la Policía, el acusado, el 9 de octubre de 2010, entró en la casa y comenzó a empujar a Francisca A. a la habitación, llenándola de golpes mientras, según ha declarado hoy la víctima, le repetía "yo puedo matarte cuando quiera" y le decía "te vas a quedar aquí hasta que los vecinos huelan los cadáveres y tú vas a sufrir más que yo".
La paliza le dejó en estado de shock y le impidió reaccionar y levantarse de la cama, en la que permaneció tendida durante días, para pedir ayuda. "Si alguien sable qué es el terror, yo lo he vivido en mis propias carnes", ha asegurado la presunta víctima.
Según Francisca A., el acusado la impedía comer o beber cualquier cosa. En este sentido, ha resaltado que "la única vez que intentó ir a beber agua" porque "sentía que iba a morirse de sed" él le dijo que saltara por encima de unos cristales rotos que se encontraban en el dormitorio. Ella saltó por encima de los cristales, se cortó y lo lleno todo de "sangre y de vómitos".
Francisca ha indicado que, al contrario que ella, Eugenio "sí que bebía, sobre todo whisky" y que sólo se ausentaba de la casa "durante tres minutos" para ir a comprar alcohol a una tienda que estaba en la misma manzana.
Después de haber permanecido tendida durante días en la cama en condiciones de insalubridad (la víctima ha reconocido que incluso tuvo que hacer sus necesidades encima), el acusado le obligó a trasladarse al salón.
HABLÓ POR TELÉFONO "EN CLAVE" CON SU HIJO Y UNA AMIGA
Fue en el salón donde la víctima descubrió su teléfono móvil, que previamente le había arrebatado Eugenio. Mientras él permanecía a su lado, ella logró hablar "en clave" con una amiga del trabajo y con su hijo con la esperanza de que pudieran adivinar qué estaba sucediendo.
En efecto, su hijo le comunicó la situación a su hermana, Patricia que trabaja como policía nacional. Ella llamó a su madre y mandó los efectivos policiales a la vivienda, tal y como ha narrado hoy Francisca A.
La víctima ha sostenido en todo momento que ha vivido un "terror indescriptible" mientras que el acusado ha contradecido su versión diciendo que "desconoce cómo Francisca sufrió las heridas" o por qué había sangre en la pared y en los enchufes.