Actualizado 12/01/2010 18:16

La "falta de disciplina" de los jóvenes no se soluciona con leyes de autoridad ni con ordenadores, según experto

MADRID, 12 Ene. (EUROPA PRESS) -

El director general de la Fundación Juan March, Javier Gomá, afirmó hoy que la "falta de disciplina" por "parte de los jóvenes" y su comportamiento "poco civilizado" no se va a solucionar "con una ley que imponga autoridad a través de procedimientos coactivos" ni con "más ordenadores o más bibliotecas".

En una entrevista concedida a Europa Press, Gomá explicó que la solución a la "falta de disciplina" no está en "una ley que imponga autoridad a través de procedimientos coactivos" --en alusión a la Ley de Autoridad del Profesor, propuesta por Esperanza Aguirre para la Comunidad de Madrid-- ni en "disponer de más ordenadores o más bibliotecas" --en referencia a la política del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, de dotar de mejores infraestructuras a las escuelas--.

"La manera de ver el mundo que tienen los jóvenes es la que determina su comportamiento", aseveró, puesto que se trata "de un problema de la conciencia que la juventud tiene del mundo y de sí misma y es importante tratar de analizar cómo ve el mundo la sociedad y, entre ella, los jóvenes".

"Nuestra época ha demostrado que ni la deslegitimación de proyectos coactivos para educar a la juventud, ni mayores leyes, ni dotaciones materiales a través de bibliotecas yu ordenadores, que bienvenidos sean, van a, probablemente, tener éxito a la hora de tratar de generar una juventud más civilizada, con más conciencia social, más responsable o más emancipada", apostilló.

En este sentido y haciendo referencia a su libro 'Ejemplaridad Pública', cuenta que dedica todo un capítulo al análisis de esa conciencia que él denomina 'liberada' y explica que "durante tres siglos, la cultura ha tratado de establecer unos principios de derechos individuales frente a las opresiones tradicionalmente muy fuertes sobre el individuo". Así, señaló, "frente a las antiguas opresiones de una sociedad muy tradicionalista, el individuo ha ido luchando contra todas esas coacciones y opresiones" hasta los años 70, cuando, a su entender, "culminó todo este proceso".

"Hoy en día, el hombre está orgulloso de su libertad y no admite apenas restricciones", apuntó Gomá, al tiempo que subrayó que ese proceso lo considera "extremadamente positivo". En esta línea, se pregunta qué sucede cuando la sociedad está liberada y su tarea entonces es "no ampliar más la esfera de su libertad y acordar de qué manera puede hacer uno uso razonable, social, virtuoso y civilizado de esa esfera de libertad ampliada".

"YO SOY YO Y HAGO LAS COSAS A MI MANERA"

Llegados a este punto, Javier Gomá se plantea cómo hacer un uso cívico de la libertad personal de cada individuo ya que, a su entender, fórmulas como 'yo soy yo', 'yo hago las cosas a mi manera', 'nadie tiene derecho a opinar sobre mi modo de vivir', entre otras, "son inútiles y están anticuadas, además de suponer un obstáculo para ver bien cuál es el verdadero problema, que no es tanto el reivindicar la propia libertad individual sino acordar cuál es el uso cívico de ella".

"Ahora tenemos una juventud que no ha luchado por conseguir esa libertad, que goza de ella desde prácticamente el seno de su madre y la considera un bien irrenunciable", aseveró Gomá, al tiempo que recalcó que "es híper consciente de los derechos de su libertad y ha heredado la excentricidad de una conciencia liberada". "Hoy en día, se escucha a niños de 10 o 15 años decir 'esta es mi vida' o 'mi madre o mi padre no tienen por qué opinar sobre el modo en el que visto, hablo o sobre quiénes son mis amigos", concluyó.