GRANADA, 27 Jun. (EUROPA PRESS) -
La Fiscalía de Granada ha mantenido este miércoles su petición de dos años de cárcel y otros nueve de inhabilitación absoluta para el funcionario de prisiones, de iniciales M.C.D.P. y 59 años, que ha sido enjuiciado en la Audiencia Provincial por presuntamente acosar sexualmente a una interna del Centro de Inserción Social (CIS) Matilde Cantos de Granada.
En su declaración ante el tribunal de la Sección Segunda, el acusado, que ha prestado servicio a la administración penitenciaria durante 38 años, ha negado, en contra de lo sostenido por la mujer, haberle hecho insinuaciones o propuestas sexuales a la interna, aunque ha dicho desconocer las razones que le pudieron llevar a presentar denuncia por un supuesto delito de acoso sexual.
El procesado, casado, "con cinco hijos y cinco nietos", ha explicado que trabajaba de enlace entre los internos y la dirección del CIS, y que nunca ha tenido ningún incidente con alguna otra persona. A veces, ha dicho, los internos le recriminaban que no se les hubiera concedido un permiso o algún beneficio penitenciario, aunque él, no tenía voz en ese asunto, ya que esas decisiones correspondían a la Junta de Tratamiento.
Concretamente, con la denunciante habló en numerosas ocasiones en el despacho que utilizaba en el CIS no sólo de temas relacionados con su situación penitenciaria, sino también personal, porque ella, según ha indicado el acusado, le contaba también "cosas que le pasaban en el pueblo y en la calle".
Según el inculpado, la mujer era una interna conflictiva, que ya había protagonizado incidentes anteriores con algún interno y con otro funcionario en prácticas, a quien se le "insinuó", y aunque a él, según ha asegurado, nunca le hizo ningún tipo de propuesta de contenido sexual, sí que se le presentó en alguna ocasión vistiendo "provocativa" en su despacho, "con escotes grandes y la falda muy corta". "Aunque yo a eso nunca le he prestado atención", ha asegurado.
Preguntado por las razones que han podido llevar a la mujer a denunciarle, M.C.D.P. ha indicado que las desconoce. "Realmente no lo sé, para mí fue una sorpresa. No me lo esperaba, ni me puedo esperar algo parecido de nadie", ha mantenido.
TESTIMONIO OPUESTO DE LA MUJER
Testimonio totalmente opuesto ha ofrecido la mujer, que ya ha cumplido su condena y hoy se encuentra en libertad. En avanzado estado de gestación y visiblemente afectada, ha declarado que los episodios de acoso sexual comenzaron cuando el acusado le prometió que mediaría para que le retiraran un parte que le habían puesto en el centro tras haberla pillado "con un porro".
Desde entonces, y una vez le retiraron ese parte, le decía que "tenía que acostarse" con él, y en una ocasión, en fecha que no ha podido recordar, le hizo escribir en un papel tres actos que no le gustaran en materia sexual para a continuación decirle "pues una de esas tres cosas me tienes que hacer". En ese mismo momento, que se produjo después de que "cerrara con llave" la puerta de su despacho, según la denunciante, le dio un beso en la boca. "Me metió la lengua aunque yo no quería. Qué asco", ha apuntado.
En otra ocasión, el funcionario la llamó, por megafonía, como en veces anteriores, para que acudiera a su despacho, pero ella hizo caso omiso. Entonces, el acusado, según ha indicado la mujer, fue a buscarla al patio, donde le dijo que, como se iba de permiso aquel fin de semana, los dos se tenían que ir a un hotel a "acostarse" juntos, a lo que ella se negó argumentando que "como se enterara" su marido le iba "a matar".
La mujer ha dicho estar tomando medicación para tratarse la "depresión y los nervios" que padece desde aquella fecha y que incluso sufrió un aborto a consecuencia de lo ocurrido. Además, aunque los hechos se remontan a entre mayo y septiembre de 2010, ha sostenido que no denunció hasta este último mes "por miedo", porque el funcionario la amenazaba con retirarle el tercer grado y provocar que regresara a la cárcel de Albolote.
OTROS TESTIGOS
Durante el juicio, que ha quedado visto para sentencia, han declarado como testigos dos de los internos del CIS que supuestamente escucharon la conversación que se produjo en el patio, donde, según han asegurado, el funcionario se puso "agresivo" con la mujer y le dijo que como no accediera a acostarse con él "le iba a hacer la vida imposible" y le iba a retirar los beneficios penitenciarios de los que disfrutaba. También la psicóloga forense que la examinó un año después de la denuncia ha relatado que la mujer padece "sintomatología ansioso-depresiva", compatible con lo denunciado.
A propuesta de la defensa, han comparecido algunos de los compañeros del acusado durante la etapa en la que trabajó en el CIS, que han coincidido con el procesado en que su despacho "nunca estaba cerrado" y que él no contaba con llave para ello y que la mujer ya había protagonizado incidentes anteriores, con otro interno, al que acusó de intento de agresión sexual aunque después se retractó, y con otro joven funcionario en prácticas. Asimismo, uno de los trabajadores del centro ha señalado que otras internas se habían quejado de la actitud de la mujer porque, al parecer, ofrecía servicios sexuales a cambio de dinero.
La Fiscalía solicita para el procesado, además de la pena de cárcel, 3.000 euros de indemnización para la denunciante, como "dolor moral", mientras que la acusación particular, que pide también dos años de prisión y nueve de inhabilitación absoluta, eleva esa cantidad en concepto de responsabilidad civil a los 30.000 euros. La defensa, la libre absolución.
ACUSACIÓN DE LA FISCALÍA
Según consta en el escrito de acusación del Ministerio Público, al que ha tenido acceso Europa Press, el procesado, que desempeñaba su puesto en el cuerpo de ayudantes del CIS como enlace entre los internos y la dirección del centro, requirió en varias ocasiones, en fechas no determinadas pero posteriores al 24 de mayo de 2010, a la interna para que mantuviera relaciones sexuales con él "bajo la amenaza" de que, de no acceder, "no disfrutaría de beneficios penitenciarios".
En una de esas ocasiones, llegó a encerrarla en su despacho y le dio un beso en la boca contra la voluntad de la mujer. En otra, según el fiscal, le hizo escribir en un papel tres actos que no le gustaran en materia sexual para a continuación decirle "pues una de esas tres cosas me tienes que hacer".