MADRID 10 Jul. (EUROPA PRESS) -
El Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos considera que una de las consecuencias "a corto plazo" de la decisión del Gobierno de cerrar la central de Garoña será la elevación del precio de la electricidad, puesto que actualmente dicha central aporta energía de bajo coste al Sistema Eléctrico Español, y, en caso de cerrarse, esa energía deberá ser sustituida por otras tecnologías de mayor coste.
Así, no comparte esta decisión del Ejecutivo de clausurar la instalación en 2013 y pide la apertura de "un debate profundo" sobre el marco energético en España, en el que se contemplen todos los aspectos y alternativas. En este sentido, considera que antes de decidir se debería haber abordado "desde la seguridad al grado de dependencia energética del país, pasando por los costes de la energía, los factores medioambientales, la garantía del suministro, el ahorro y la eficiencia, y la limitación de la emisión de gases de efecto invernadero, dentro de un marco de desarrollo sostenible".
* Además, señala que se tendría que haber valorado que el suministro eléctrico presenta entre sus características la simultaneidad entre la producción y un consumo que varía instantáneamente, y cuya satisfacción se debe garantizar con altísima seguridad, en condiciones medioambientalmente razonables y mediante mecanismos de mercado. Por ello, a su juicio, es necesario recurrir a todas las fuentes energéticas disponibles en la proporción adecuada, de forma que se pueda garantizar el suministro en cualquier condición de precios de las materias primas en los mercados internacionales, en cualquier condición metereológica y reduciendo los impactos ambientales y la emisión de gases de efecto invernadero.
Asimismo, recuerda que la dependencia energética de España es todavía superior al 80 por ciento, lo que obliga a importar grandes cantidades de gas y de petróleo, en buena parte de países políticamente inestables. Por ello, cree que "no es muy prudente" incrementar los riesgos derivados de esta situación, y aún más cuando la comunidad científica "no cree, en absoluto, que la generación de energías renovables aleatorias o intermitentes pueda suplir en el futuro a las fuentes convencionales, ni en lo que a nivel de garantía y calidad de suministro se refiere ni a nivel de costes".
DECISIÓN CONTRARIA A LAS DE OTROS PAÍSES EUROPEOS
A los ingenieros también les llama la atención que se haya tomado esta decisión, porque "la mayoría de los países desarrollados, después de un extenso análisis, están planificando un retorno a la generación de origen nuclear por sus evidentes ventajas". Algunos, como Gran Bretaña, Francia, Italia, EEUU, Finlandia, están construyendo nuevas centrales nucleares y otros como Suiza, Holanda, Japón, EEUU están prolongando la vida de las instalaciones ya existentes.
Por este motivo, no entienden por qué se propone el cierre de "una instalación modélica a nivel internacional, y en perfectas condiciones de funcionamiento seguro", como avala el Informe del Consejo de Seguridad Nuclear. Así, creen que el cierre de la central proyecta a nivel internacional "una imagen de inseguridad jurídica que en nada beneficia a España ante los inversores y los mercados internacionales".
Por otra parte, apuntan que el problema de los residuos radioactivos "está encontrando soluciones técnicas viables (mediante confinamiento, transmutación, o reutilización) que ofrecen garantías más que satisfactorias" y que las centrales nucleares generan energía limpia, sin emisiones de gases de efecto invernadero a la atmósfera.