El buque oceanográfico Ramón Margalef concluye su labor en El Hierro

El Hierro
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Europa Press Sociedad
Actualizado: lunes, 27 febrero 2012 19:00

SANTA CRUZ DE TENERIFE 27 Feb. (EUROPA PRESS) -

El buque oceanográfico Ramón Margalef, perteneciente al Instituto Español de Oceanografía (IEO), organismo público de investigación dependiente del Ministerio de Economía y Competitividad, ha cumplido este fin de semana su misión en El Hierro tras más de cuatro meses de trabajos de oceanografía física, química, geofísica y biológica.

El barco, uno de los laboratorios flotantes más avanzados de Europa, fue equipado con el submarino no tripulado Liropus2000 --también propiedad del IEO-- y enviado a El Hierro para dar respuesta inmediata a las necesidades de la emergencia volcánica.

El Ramón Margalef y su personal científico y técnico han dado información puntual del fenómeno eruptivo, tanto del volcán como de la caracterización de las masas de agua afectadas por la erupción.

También se ha estudiado la manera en que el fenómeno volcánico ha afectado a los organismos marinos, lo que se ha hecho en coordinación con el Plan Especial de Protección Civil y Atención de Emergencias por Riesgo Volcánico en la Comunidad Autónoma de Canarias (Pevolca) y con los distintos organismos de investigación que están trabajando en la zona, tanto canarios como del resto de España.

Además, se han obtenido resultados científicos importantes sobre el vulcanismo submarino, aunque ésta no era la finalidad principal para la que se envió el buque Ramón Margalef a la isla de El Hierro.

CUATRO MESES DE HALLAZGOS

La mañana del 24 de octubre, tan sólo dos días después de la llegada del barco a Canarias y catorce del comienzo de la erupción, los científicos del IEO encontraron el cono volcánico, el más joven jamás cartografiado. El volcán tenía un diámetro en la base de 700 metros, una altura de 100 y un cráter de unos 120 metros de anchura.

El 27 de octubre se obtenían las primeras imágenes del volcán por métodos directos. Para ello se contaba, además de con el Liropus2000, con el trineo fotogramétrico Politolana, un vehículo submarino diseñado y desarrollado íntegramente por el IEO. Ambos vehículos resistieron todas las inmersiones de alto riesgo y se obtuvo información muy valiosa, tanto imágenes como muestras.

El 5 de noviembre comenzaba la primera campaña de hidrografía. Se obtuvieron unos valores inéditos: el agua estaba a unas condiciones extremas que jamás se habían medido en ningún océano del mundo. El oxígeno disuelto era casi cero, la concentración de ácidos era mil veces superior que en condiciones normales y la temperatura en los primeros 200 metros de la columna de agua había aumentado más de 10 grados centígrados.

En los tres meses siguientes se fueron sucediendo nuevas batimetrías, con campañas de hidrografía destinadas al seguimiento de las condiciones físico-químicas y biológicas del agua. Gracias a los mapas obtenidos se pudo seguir la evolución del volcán, viendo como se multiplicaban las bocas para después unificarse y como crecía en altura para luego derrumbarse. Por otro lado, las campañas de hidrografía han permitido estudiar la naturaleza del agua y asesorar en todo momento a las autoridades encargadas de la seguridad de la población.

Además se han recopilado millones de datos oceanográficos y miles de muestras de rocas, agua, plancton y otros organismos marinos. Gracias a este trabajo de los científicos embarcados en el Ramón Margalef, no sólo se ha brindado una información importante para la seguridad de la población sino que se avanzará notablemente en el conocimiento científico del vulcanismo submarino.

EL SEGUIMIENTO A PARTIR DE LOS PRÓXIMOS MESES

A partir de este momento, el seguimiento de la evolución volcánica requerirá de la realización de una batimetría -medición de las profundidades marinas para determinar la topografía del fondo del mar- de carácter mensual, que será realizada por otros buques españoles.

El Comité Estatal de Coordinación Civil para el Riesgo Volcánico, durante una reunión celebrada el pasado 21 de febrero, estableció un programa de sondeos batimétricos para el seguimiento del volcán, mediante una rotación de barcos que sustituirán al Ramón Margalef.

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