Un jabalí se instala en O Irixo (Ourense), donde vive "como uno más" desde hace 2 meses y come de la mano de los vecinos

Europa Press Sociedad
Actualizado: viernes, 1 junio 2007 19:35

O IRIXO (OURENSE), 1 (EUROPA PRESS)

Los vecinos de Parada de Labiote, en el ayuntamiento ourensano de O Irixo, conviven desde hace dos meses con un jabalí que se instaló en el lugar "como un vecino más", y donde llegó siguiendo el ruido del motor de un tractor al que estaba acostumbrado antes de que lo liberaran junto a una hembra de su especie y a sus cachorros.

"Criamos una pareja de jabalíes y al tener crías tuvimos que soltarlos; la hembra se marchó con los pequeños y el macho se quedó cerca", explicó a Europa Press TV José García, el dueño del tractor.

El animal, que estaba acostumbrado al ruido del tractor, una vez volvió a escuchar ese sonido lo siguió hasta el pueblo. "Aquí se instaló y ya lleva dos meses", aseveró.

Desde entonces, el jabalí no para de recibir las atenciones de todos los vecinos que le dan de comer lo que más le gusta. "Pan, harina triturada, caramelos, que no sean de limón, que esos no le gustan y los echa fuera", comentó.

Al darle todo lo que necesita, los vecinos creen que por eso no les hace daño ya que "no necesita buscar la comida". La única molestia que causa el animal "es el agujero que hace para construir su cama, que es grande", afirmó José García.

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Todos los días el jabalí acude a la misma hora a las casas donde le dan de comer. "Primero para en el horno, donde recibe su ración de pan, o de harina triturada; después en la casa de más abajo, donde le dan más, y después va a mi casa, donde también le damos de comer", comentó José.

Después el jabalí se da su paseo, o un baño en riachuelo próximo al pueblo, o se echa a dormir. A la tarde repite el mismo recorrido, y siempre a la misma hora, a las 17.00 horas. Es precisamente a la tarde cuando los niños de Parada se entretienen con su nuevo vecino, al que se le puede dar de comer en la mano y que no se asusta ante la presencia de las personas.

Por su parte, la vecina María José, que también alimenta al jabalí todos los días, comentó que el cerdo es "un poco finolis, porque le gustan las rosquillas y los caramelos que no son de limón". "Es como un vecino más, estamos muy contentos con él, es una atracción y a ver si nos trae turismo al pueblo", concluyó.

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