El machismo perjudica seriamente la salud

Un estudio demuestra que en las mujeres genera más problemas mentales y tabaquismo y en hombres más conductas de riesgo y otras adicciones

EP
Europa Press Sociedad
Actualizado: jueves, 10 diciembre 2009 19:44

MADRID, 10 Dic. (EUROPA PRESS) -

El 96 por ciento de las españolas asegura no haberse sentido discriminadas nunca por ser mujer en ninguno de los ámbitos de su vida, según la primera investigación realizada en España sobre el machismo y sus consecuencias para la salud de las mujeres. Sin embargo, el nimio porcentaje que se reconoce víctima de esta discriminación --el 3,4% de 10.927 mujeres entre los 20 y los 64 años-- ve como esta circunstancia deteriora su salud, ya que les genera estrés, empeora la percepción de su salud, casi duplica sus problemas mentales, les hace fumar más y también sufrir más lesiones.

Son algunas conclusiones de la investigación titulada 'El sexismo percibido como un determinante de salud en España', realizada por la profesora de la Agencia de Salud Pública de Barcelona Carme Borrel, que se publicará próximamente en la revista 'Journal of Women's Health' como el primer trabajo que retrata en España la percepción del machismo entre las mujeres y sus consecuencias sobre la salud.

Sus primeros datos, revelados hoy en el III Encuentro sobre salud organizado por la Real Academia Nacional de Medicina (RANM), en colaboración con el Instituto Novartis, destacan el caso de las inmigrantes procedentes de países pobres, entre las que sólo 4 de cada 10 percibe las consecuencias del machismo en sus vidas, a pesar de que, por ejemplo, "8 de cada 10 sufre malos tratos en el hogar".

Para la autora de este trabajo, la escasa percepción del machismo que muestran estas mujeres se debe a que, en sociedades como la española o la portuguesa, "patriarcales" y han superado una dictadura reciente, "el machismo está legitimado". "No reconocen el machismo porque no lo sufran, sino porque lo tienen interiorizado", aseveró.

De las mujeres que admitieron ser víctimas de discriminación, en su mayoría jóvenes de clases sociales altas, cerca del 53 por ciento revelaron que esta situación la viven sobre todo en el ámbito laboral, donde suelen cobrar sueldos más bajos, tener menos poder que los hombre y hacer tareas asignadas sólo en función de su sexo.

También aquellas que percibieron este sexismo social presentaron indicadores de salud más negativos que el resto, ya que, en concreto, "consideraban peor su salud, tenían casi el doble de problemas psicológicos que el resto, fumaban más y mostraban más lesiones físicas, por accidentes o por maltrato, en los últimos 10 meses".

ENFERMAR DE ESTRÉS

"Confirmamos que aquellas mujeres que sufrían más sexismo eran también las que declaraban peor salud. Fue más común entre mujeres jóvenes, separadas o divorciadas y también, entre inmigrantes procedentes de países poco desarrollados", señaló Borrel, resaltando que las discriminadas tenían "más necesidades sanitarias sin cubrir".

A su juicio, la sensación de sentirse discriminada en estas mujeres "genera estrés y nerviosismo interior, que el cuerpo asume como un problema físico y acaba incorporando en forma de enfermedad, que generan peor salud mental, como ocurre en otros casos, cuando alguien se siente discriminado por razones religiosas, de clase o raza, un problema este último muy descrito en Estados Unidos".

Según explicó a Europa Press la profesora María del Carmen Maroto, catedrática de Microbiología y Parasitología de la Universidad de Granada, "este proceso se llama somatización y consiste en trasladar los aspectos negativos psicológicos al plano físico".

Entre las enfermedades que puede causar la somatización de estos problemas figuran el cansancio general, las cefaleas, la sensación de malestar y depresión o los problemas digestivos sin motivo aparente. "La persona se siente mal, pero sin patología específica detrás", acotó.

CUESTIÓN DE NEURONAS, NO DE HORMONAS

Para la profesora Maroto, la concienciación social en la igualdad y el trabajo de la mujer por formarse para conseguir "las mismas igualdades que los hombres" son la clave para cambiar la situación que, no obstante, está mutando a pasos agigantados, como lo demuestra el hecho de que el 71 por ciento de los estudiantes de Medicina hoy son mujeres cuando, hace 30 años, "eran una minoría"."Estamos avanzando y en otros 30 años tendremos resultados", vaticinó.

No obstante, este crecimiento de la mujer en el ámbito intelectual y laboral --que a su entender las mujeres que lo deseen pueden compaginar con ser madres-- no debería pasar "por cuotas obligatorias de admisión para mujeres, sino por méritos y por inteligencia", ya que mejorar en este campo "es cuestión de neuronas y no de hormonas".

Se mostró de acuerdo con este punto de vista la periodista y escritora Pilar Cernuda, para quien, en la actualidad, las mujeres de su profesión son valoradas "por sí mismas y no sólo por su físico".

LOS HOMBRES TAMBIÉN LLORAN

Sin embargo, advierte de que, tanto los medios de comunicación como las agencias de publicidad, deben "dejar de presionar con estereotipos, como el de la extrema delgadez", ya que en España muchos jóvenes mueren de anorexia por intentar "ser perfectos", y comenzar a mostrar el valor del trabajo las mujeres que son amas de casa, cuya tarea "no recibe suficiente reconocimiento social".

No obstante, según la autora de este estudio sobre la salud de la mujer, las conductas sexistas no sólo generan problemas de salud a las mujeres, también los hombres sufren las consecuencias del machismo social, que les obliga a ser los más competitivos y no mostrar sentimientos para encargar en el modelo de 'macho hegemónico'.

"Las desigualdades de género afectan también a los hombres, ya que la masculinidad que se considera hegemónica está relacionada con la adopción de conductas de riesgo, que afecta negativamente a la salud, y hace que los hombres fumen más, beban más, conduzcan más rápido o hagan más deportes de riesgo y eso repercute en su salud", explicó.

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