NUEVA YORK, 7 Dic. (EUROPA PRESS) -
La directora general de la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), Irina Bokova, ha expresado este jueves su "profunda preocupación" por "las continuas muertes que han diezmado a los periodistas que se encuentran en Siria"
"La muerte de periodistas no es solo un crimen contra ciudadanos individuales y una violación del inalienable Derecho Humano de la libertad de expresión, es también un crimen contra el derecho de la sociedad a acceder a la información para participar en el debate democrático", ha dicho Bokova.
Las declaraciones de la directora general obedecen a las ola de violencia de las últimas semanas, que se ha cobrado la vida de ocho periodistas: Naji Assaad, Bassel Tawfiq Youssef, Abdel Jalil, Hozan Abdel Halim Mahmoud, Mohammed al Jalid, Abdulá Hassan Kaake, Mustafa Kerman y Mohammad al Zaher.
Según la UNESCO, Assaad, un periodista jubilado que seguía trabajando para el diario gubernamental 'Tishreen', murió al ser tiroteado a las puertas de su casa, en Damasco, el pasado 4 de diciembre.
Tawfiq Youssef, que también trabajaba para una televisión gubernamental, murió en el marco de los combates que se produjeron el pasado 21 de noviembre en los suburbios capitalinos.
Mahmoud, por su parte, murió un día antes mientras estaba grabando los enfrentamientos entre las fuerzas gubernamentales y las rebeldes en la provincia de Al Hasaka, ubicada en el noreste del país árabe.
Jalil, que además de periodista era presidente del consejo municipal kurdo de Ras Alain, falleció al recibir un disparo de un francotirador el pasado 19 de noviembre.
Tanto Al Jalid como Kaake murieron días antes al ser ejecutados por un grupo armado de la ciudad de Aleppo. Al parecer, Kaake también fue víctima de torturas.
Al Zaher y Kerman fallecieron el 19 y el 16 de noviembre en las ciudades de Damasco y Aleppo, respectivamente, en el marco de los combates.
Desde que comenzó el conflicto sirio, en marzo de 2011, Naciones Unidas calcula que al menos 20.000 personas han muerto, la mayoría civiles, 465.000 han tenido que huir a causa de la violencia y 2,5 millones tienen necesidades humanitarias urgentes.