MANILA, 24 Mar. (Reuters/EP) -
Las fuerzas de seguridad de Filipinas están limitando los alimentos, el agua y otros suministros a los milicianos islamistas que retienen a los trabajadores del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) en un intento por forzar su liberación, según anunció hoy un portavoz militar.
Aunque los soldados han dejado de perseguir a los rebeldes del grupo islámico Abú Sayyaf, les han rodeado en una región remota en el sur de la isla de Jolo y han aumentado la presión sobre ellos, según el portavoz militar teniente coronel Edgar Arevalo. "Estamos manteniendo nuestra posición anterior porque nos gustaría dar vía a las negociaciones para conseguir la liberación de los rehenes", añadió.
"El principio moderno de la guerra es que sea sostenible, sólo intentamos agotarlos impidiendo que lleguen hasta ellos los refuerzos y los suministros", añadió. "Estamos manteniendo la presión sin tener que recurrir a las acciones ofensivas", anotó.
La semana pasada, el presidente de la Cruz Roja de Filipinas, el senador Richard Gordon, declaró que el Ejército echó a perder sus esfuerzos para liberar a uno de los tres rehenes cuando el comandante local ordenó de forma prematura la retirada de las tropas que perseguían a los rebeldes.
Gordon también aseguraba que podía haber conseguido a uno de los cautivos por el intercambio del avance de las tropas. Los cooperantes del CICR, el suizo Andreas Notter, de 38 años, el italiano Eugenio Vagni, de 62, y Mary Jean Lacaba, de Filipinas y de 37 años, permanecen en Jolo desde el pasado 15 de enero.
Abú Sayyaf, un pequeño grupo islamista con vínculos con la red regional de la organización terrorista Al Qaeda, la Jemáa Islamiya, había amenazado con decapitar a uno de los rehenes para suavizar la presión militar después del enfrentamiento de la semana pasada que terminó con la vida de nueve personas e hirió a decenas.
El grupo ha pedido la retirada del Ejército de sus áreas a cambio de liberar a los cooperantes del CICR. Los diarios asiáticos también aseguran que han pedido un rescate estimado en un millón de dólares.