Actualizado 16/04/2009 15:16

Greenpeace sostiene que "no hay ningún obstáculo energético, técnico o económico" para cerrar Garoña el 5 de julio

LOGROÑO, 16 Abr. (EUROPA PRESS) -

La organización ecologista Greenpeace sostiene que "no hay ningún obstáculo energético, técnico o económico" para que el Gobierno de España acometa el cierre de Santa María Garoña el próximo 5 de julio, cuando concluye el permiso de explotación de esta central nuclear situada en Burgos.

El responsable de energía de la organización ecologista, Carlos Bravo, constató hoy en rueda de prensa que este centro se encuentra "obsoleto" tras haber agotado su "vida útil" en sus 38 años de actividad, cuando inicialmente "estaba diseñada" para 25 años.

Desde Greenpeace, se ha advertido de unas grietas "en los componentes internos de la vasija del reactor, el corazón de la central de nuclear", de los que "no existe parangón en ninguna otra central del mismo tipo en el mundo".

En este sentido, asegura que esta situación podría entrañar "serios riesgos" en caso de un escape radioactivo o de agua, puesto que en un radio de 80 kilómetros viven alrededor de 1,5 millones de personas en País Vasco, Castilla y León y Logroño.

Además, añade que la compañía propietaria de estas instalaciones, Nuclenor, se opone al cierre tras las inversiones realizadas en los últimos año, algo que Bravo ha calificado de "mentira".

ENERGÍA NUCLEAR / RENOVABLE

La central nuclear que comenzó su actividad en 1971 genera en la actualidad una potencia de 469 mega vatios, lo que supone el 1,1 por ciento en la producción eléctrica en España, un resultado "marginal" y "prescindible", según la ONG ecologista.

El responsable de energía de Greenpeace se refirió también al "compromiso electoral" del PSOE para cerrar las centrales nucleares en España al final de su vida útil. Más aún, en un momento en el que el 23 por ciento de la producción de energía procede de fuentes renovables.

Bravo precisó que "la energía nuclear es un obstáculo para la energía renovable", puesto que, en caso de sobreproducción, resulta más barato reducir la producción de las renovables que disminuir la relativa a las centrales nucleares. Por último, Greenpeace asegura que la central ha registrado hasta siete incidencias de seguridad en 2008.