MADRID, 21 Ene. (EUROPA PRESS) -
Daniela Knörr, presidenta de Infancia sin Fronteras, regresó de Haití, a donde se desplazó después de que se produjera el terremoto, para diseñar un plan de actuación inmediata en colaboración con Mensajeros de la Paz, una vez analizada la situación en el terreno.
"He llorado en silencio por la magnitud de la catástrofe y por los miles de niños que veía deambulando por las calles sin nada absolutamente", reconoció Knörr, aunque añadió que "poco importa cuáles fueron los sentimientos personales ante la
magnitud del desconsuelo que se vive allí".
Así, indicó que lo que importa es el trabajo que se puede y se debe hacer desde la organización y aseguró que Infancia sin Fronteras estará allí para hacer lo que esté en sus manos.
Esta ONG junto con Mensajeros de la Paz ha enviado ya setenta toneladas de ayuda humanitaria con la colaboración de la
ONG Mano a Mano que han sido repartidas por la Agencia Española de Cooperación Internacional al Desarrollo (AECID). En este sentido Knörr afirmó que "la solidaridad está llegando".
En Haití, tanto la presidenta de Infancia sin Fronteras como el padre Ángel, fundador de Mensajeros de la Paz, pudieron entregar una parte importante de la ayuda humanitaria que llevaron, como alimentos, medicamentos, sábanas, mantas y material sanitario en un orfanato de Puerto Príncipe.
La organización explica que ahora lo importante es la ayuda económica para poder poner en marcha un centro de asistencia de damnificados, donde se acogerá a las víctimas y donde se gestionará toda la ayuda humanitaria que está recibiendo el país para así poder garantizar la eficacia del reparto.
