NAIROBI, 7 Dic. (Reuters/EP) -
El ex secretario general de Naciones Unidas Kofi Annan pidió este lunes al Gobierno de Kenia que aumente sus esfuerzos para mejorar las condiciones de vida en los suburbios de la capital, Nairobi, ya que los expertos aseguran que podrían suponer una amenaza a la estabilidad y la seguridad nacional del país.
Annan medió el año pasado en las conversaciones que dieron lugar a la coalición gubernamental del país y terminó con la violencia postelectoral en la mayor economía del este de África que había terminado con la vida de al menos 1.300 personas y expulsado a otras 300.000 personas de sus hogares.
Los suburbios de la capital se convirtieron, durante la crisis, en campos de batalla entre las diferentes etnias, y los trabajadores humanitarios indican que los suburbios --con un número elevado de jóvenes marginados-- son "bombas de relojería" de cara a los comicios que celebrará el país en el año 2012.
"Es lento, y podría ser más rápido, pero es absolutamente esencial (...), debemos trabajar juntos para conseguir agua potable y sanidad", aseguró Annan en Kibera, que alberga a unas 800.000 personas en 2,5 kilómetros cuadrados.
Según Annan, el paso de las personas que viven en estos suburbios a casas mejorará su salud e incrementará la economía. "Cuantas menos personas enfermen, más dinero ahorrará el Gobierno y las empresas", aseguró, y subrayó que el poco progreso que se ha llevado a cabo es "muy alentador".
Kibera es el mayor suburbio africano, pero Nairobi también cuenta con otros asentamientos informales, en el que vive cerca de la mitad de la población de la capital, estimada en cuatro millones. El ex secretario general está visitando el suburbio para evaluar una iniciativa entre el Gobierno y el Programa de Asentamientos Humanos de la ONU (ONU-Hábitat).
El presidente keniano, Mwai Kibaki, se refirió también este lunes al progreso que ha realizado el Gobierno sobre las reformas que fueron acordadas durante las conversaciones que medió Annan el año pasado, de acuerdo con un comunicado de la oficina de Kibaki. El Gobierno está bajo una presión cada vez mayor tanto por parte de los kenianos como por parte de los donantes para implementar estos cambios, terminar con la corrupción y juzgar a los autores de la violencia postelectoral.