Actualizado 03/10/2007 16:49

Más de 854 millones de personas pasan hambre, mientras el mundo produce un 10% de alimentos de sobra, según la FAO

Derecho a la Alimentación Urgente denuncia la falta de coherencia del Gobierno en la lucha por el derecho universal a la nutrición


MADRID, 3 Oct. (EUROPA PRESS) -

Más de 854 millones de personas en el mundo pasan hambre cuando en conjunto, se produce un diez por ciento de alimentos por encima de los que serían necesarios para abastecer a toda la humanidad, y el problema empeora porque, en términos absolutos, cada vez hay más personas que no tienen garantizado el acceso a los nutrientes básicos, según apuntó hoy el director de la Oficina de Información de de la Organización de la ONU para la Agricultura y la Alimentación (FAO), Germán Rojas.

En una rueda de prensa conjunta con la responsable de la campaña Derecho a la Alimentación Urgente, Carlota Merchán, Rojas compareció junto al oficial de la Iniciativa América Latina y Caribe sin Hambre de la FAO, José Luis Vivero, quien presentó las actividades previstas por el organismo de cara a la conmemoración, el 16 de octubre, del Día Mundial de la Alimentación.

Dichas actividades estarán enfocadas a "crear conciencia" sobre el hecho de que el hambre "puede ser derrotada", por ejemplo, en América Latina, que podría erradicar la hambruna "en sólo una década", teniendo en cuenta la cantidad de recursos de que disponen los países de la región. Sin embargo, la evolución es negativa en muchos casos, apuntó Vivero.

Según Derecho a la Alimentación, esto se debe en parte a que "las inversiones en políticas de desarrollo rural en los países en desarrollo han descendido casi un 50 por ciento en los últimos diez años" y, "paradójicamente", tres de cada cuatro personas hambrientas son campesinos o pescadores, o, lo que es lo mismo, productores de alimentos.

Además, se estima que "el mundo produce un diez por ciento" de comida "de más", es decir, que una vez alimentada toda la humanidad, aún sobraría. Por eso, Carlota Merchán incidió en la importancia de saber "qué se produce, cómo se producen y para qué se producen los alimentos" y así poder acudir al núcleo del problema.

LAS CIFRAS DEL HAMBRE

Según apuntó Rojas, en términos absolutos, el mayor índice de personas hambrientas del mundo se encuentra en Asia, pero en términos relativos el continente más afectado es África, donde un tercio de la población no come con regularidad ni ingiere el mínimo de calorías necesarias para desarrollarse de forma salubre. En Asia, este porcentaje es del dieciséis por ciento.

En América Latina, el diez por ciento de los habitantes pasa hambre, es decir, 54 millones de personas. Esta estimación media de los países de la región se multiplica por tres o por cuatro en lugares como Haití, donde más del 30% de la población no tiene garantizado el acceso a los alimentos, Guatemala, con una cifra que ronda el 40 por ciento y, en general, los Estados de América Central a excepción de México.

En Oriente, las mayores tasas de desnutrición se encuentran en Afganistán y la FAO también llama la atención sobre los países de la antigua Unión Soviética, lugares como Armenia que "están empeorando" y en los que cada vez hay más personas que no tienen acceso a la alimentación.

LA RESPONSABILIDAD DE LOS GOBIERNOS

La alimentación es un derecho fundamental recogido por la Declaración de los Derechos Humanos y, por tanto, es exigible a los Estados firmantes de la misma el desarrollo de políticas que garanticen su cumplimiento. Con este argumento, Derecho a la Alimentación Urgente exige "una reorganización de prioridades" para que el derecho a la nutrición sea prioridad en las agendas políticas.

En este sentido, la organización, compuesta por Cáritas Española, Prosalus, Veterinarios sin Fronteras e Ingeniería sin Fronteras, exigió al Gobierno español "coherencia" en sus políticas porque, por un lado, se ha convertido en el mayor colaborador bilateral de la FAO y, por otro, en uno de los países "más intransigentes" de Europa en las negociaciones comerciales con los países más pobres (Asia, Caribe y Pacífico).

Por ello, la organización solicita que "el enfoque de derechos sea transversal a todas las políticas de Estado" en España y no sólo al ámbito de la cooperación, y apela a la responsabilidad del Gobierno, quien "debe asumir un papel de promotor de estas políticas en la Unión Europea" para impulsar "el respeto y la realización del derecho a la alimentación" en el mundo.