BARCELONA, 28 Jul. (EUROPA PRESS) -
La Generalitat de Cataluña instó hoy a los distribuidores de bolsas de plástico a reducir el volumen de este producto en Catalunya y pasar de 325 bolsas por persona y año a 163 unidades, como conclusión de las comisiones de trabajo creada para reducir la distribución gratuita de bolsas.
Según acordó hoy en el Consell Executiu, la Generalitat se propone rebajar el uso de las bolsas de plástico de un solo uso en un 50 por ciento en 2012, tarea en la que deben intervenir desde los consumidores hasta los productores y distribuidores de bolsas.
Concretamente, el sector de la fabricación y distribución se comprometió a impulsar actuaciones de concienciación ambiental para reducir el consumo de bolsas. La Agencia de Residuos de Catalunya realizará una primera evaluación de las medidas adoptadas por los establecimientos, y en 2011 presentará un estudio de verificación de los objetivos conseguidos.
No obstante, el Govern avisó de que si se aprecia que las medidas aplicadas son insuficientes, se promoverá una nueva medida de prevención por la que el establecimiento comercial deberá diferenciar el precio de las bolsas de plástico del precio del producto adquirido, e incluso el Govern podrá llegar a implantar un impuesto que grave el consumo de bolsas.
En 2007 se consumieron en Catalunya 45 millones de bolsas a la semana, es decir, 908 bolsas por cada hogar. Esto supone que cada catalán consume una bolsa de plástico de un solo uso cada día. Además, el conjunto de bolsas supone el 0,43 por ciento de todos los residuos municipales de Catalunya.
De hecho, no es la primera vez que el Govern intenta reducir el consumo de bolsas, después de que ICV-EUiA presentara una enmienda a la ley de acompañamiento de los presupuestos que pedía prohibir la distribución gratuita de bolsas de plástico en los comercios y que en la votación perdió al no obtener el apoyo necesario de sus socios.
UN MILLÓN PARA LA CONTAMINACIÓN LUMINOSA
Además, la Conselleria invertirá este año cerca de un millón de euros en ayudas a las entidades locales para actuaciones de prevención de la contaminación luminosa, que contribuyan a evitar los efectos de ésta sobre las personas y el medio natural, y a mitigar el cambio climático.
Estas ayudas pretenden incentivar la sustitución de las lámparas de mercurio por las de vapor de sodio, más eficientes y menos contaminantes, el reemplazo de las pantallas que exceden los límites de contaminación permitidos, y la instalación de reguladores horarios y de flujo luminoso.
Las actuaciones realizadas por las entidades locales desde el 2006 permitieron ahorrar anualmente el consumo de 4.000 toneladas de petróleo y disminuir la emisión de gases con efecto invernadero en 17.000 toneladas de dióxido de carbono. Además, los ayuntamientos pagaron cinco millones de euros menos en la factura eléctrica.