Actualizado 28/11/2007 14:36

Un catedrático de Política Social propone "una alianza para la autoridad" en la educación

VALENCIA, 28 Nov. (EUROPA PRESS) -

El catedrático de Política Social de la Universidad Complutense de Madrid y la Universidad de Valencia, Luis Vila López, propuso hoy "una alianza para la autoridad" en la educación, en el marco de las jornadas 'La autoridad de educar: aprender, convivir y liderar' organizadas por la Universidad Internacional Menéndez Pelayo.

En su intervención, aseguró que "dentro del nuevo contrato social para el siglo que acaba de empezar y dentro de la moda de las alianzas y los acuerdos, aunque a veces se firmen pero no se cumplan, habría que pensar por una alianza para la autoridad".

En este sentido, explicó que "quizá nadie la haya propuesto todavía, pero al igual que se ha propuesto para el tema de las pensiones y la sanidad y la protección de la infancia, empecemos por una alianza por la educación que dé forma a la inquietud de muchos docentes en este momento ante la ausencia de pacto escolar".

Así, propuso "una alianza por la educación, sin dogmatismos ni pronunciamientos demagógicos, que establezca líneas compartidas, aunque no filigranas de acabado".

Según expuso, "la crisis de autoridad no es el cataclismo social, sino la entrada en una organización social diferente, para algunos prometedora de nuevas libertades y para otros un peligroso camino hacia la utilización del poder y de la fuerza como elementos de control social. Será una vía hacia la homogeneidad de sociedades heterogéneas que comparten solamente la fractura con su historia y sus tradiciones".

También explicó que "las razones por las que la autoridad se ha desvirtuado tanto en la familia como en la escuela se resumen en una falta de 'reconocimiento', de identificación" y aseguró que "las personas que encarnan los valores de la institución son reconocidas como tales, como garantes de que la familia y la escuela están justamente orientadas. Tienen autoridad, son autoridad, no necesitan de gestos de poder ni sanciones: se reconocen".

"ABDICAR DE LA AUTORIDAD"

La dificultad, indicó, "estriba en si quien tendría que detentar la autoridad renuncia o se hace indigno de ella" y advirtió que "abdicando de la autoridad por cansancio o incapacidad ya no queda brújula ni astro para orientarse, sólamente resta el desconcierto o los pactos sobre mínimos, a fin de que se mantenga la apariencia de familia o de escuela".

No obstante, indicó que "también podría pensarse, para consuelo, que eso son la familia y la escuela 'de verdad' y que lo otro son quimeras y sueños" y auguró, "ya vendrá quien, por conquista o por dejación de la autoridad de otros, alcance esa vacante de los que dejaron de ser autoridad, y cree entonces un orden nuevo, una nueva legitimidad. Así pasará a convertirse en autoridad y ser reconocida como tal, dentro de una nueva sociedad".

Igualmente, sugirió que "convendría hacer una exploración para descubrir qué falta de estímulos frenaron el progresivo cansancio de los que tenían autoridad y si se puede responsabilizar a alguien. Lo mismo para la escuela. Lo mismo para los hijos y lo mismo para los estudiantes. De otra manera, ¿qué variables han conducido la evolución de la familia y de la escuela hasta la situación actual?", se preguntó, "¿quién tiene la culpa?".

Vila dijo que "el Estado tiene los medios para devolver la autoridad, al menos inicialmente, porque es el que tiene el poder" y necesitará "el apoyo de los elementos de la sociedad civil en la medida en que se propugna una intervención que marca límites".

Pero, advirtió, "sucede que el Estado no es neutral. El gobierno tomará decisiones sobre medidas de políticas sectoriales --protección social, educación-- para reforzar la autoridad con su monopolio del poder".

En su opinión, le queda al político otro gran planteamiento que le preocupa "¿qué idea tiene sobre el 'deber ser' de la familia y de la escuela, en la sociedad que temporalmente gestionan? ¿Qué proyecto de sociedad alumbra su camino, de forma que sea un proyecto integrador y no parroquial?".

Por ello, invitó a unir "todas las energías de la sociedad civil, en sus numerosos y variados componentes", que incluye "todos los niveles de la administración, las fuerzas económicas, la riqueza de las asociaciones, las instituciones suministradoras de sentido (iglesias, grupos de opinión), los cuerpos profesionales más sensibilizados, los creadores de opinión (medios), las figuras de relevancia social debido al deporte o las artes o cualquier especialidad".

Por su parte, el director general de Personal de la conselleria de Educación, David Barelles, manifestó en la inauguración de las jornadas la oportunidad de la cuestión abordada por la "crisis de autoridad de padres y maestros".

En su exposición, señaló que hay que diferenciar entre autoridad y autoritarismo. La primera, aseguró, es un prestigio reconocido por los subordinados o los educandos, mientras que el segundo es el abuso que se hace de la autoridad.

Barelles resaltó que para que el proceso de aprendizaje se pueda llevar a cabo es "imprescindible que el clima general del aula lo permita, es decir, que se pueda convivir". A su juicio, la labor del docente es orientar y conducir al alumno y al mismo tiempo, ayudarle a desarrollar los potenciales que lleva dentro , mientras que la de los padres es educar con autoridad y en colaboración con el maestro.

DECRETO DE CONVIVENCIA

Igualmente, se refirió al decreto de convivencia y señaló que entrará en vigor este curso y que su fin es paliar en lo posible los problemas de convivencia. Asimismo, destacó que unas de las medidas permitirá que docentes y equipos directivos puedan aplicar medidas correctoras a los alumnos sin necesidad de un expediente disciplinario, de manera que se agilizará la respuesta a las situaciones conflictivas y el castigo correspondiente.

También recordó que el director podrá delegar en el profesor del aula para que pueda aplicar medidas correctivas a los alumnos con conducta inadecuada y que se regularán los derechos y deberes de los padres. Los padres, advirtió, "serán responsables de las acciones irresponsables civiles de sus hijos y tienen la obligación de involucrarse en la educación de sus hijos".