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MADRID, 24 Jun. (EUROPA PRESS) -
La secretaria de Estado de Inmigración y Emigración, Consuelo Rumí, aseguró hoy que la fortaleza del sistema público de salud "se ha puesto a prueba" por el impacto migratorio de los últimos años y que ante esta situación, el Gobierno tiene como reto evitar que el fenómeno social "deteriore" el sistema de protección social.
En el marco de la clausura del II Foro sobre "Movimientos demográficos actuales y su influencia socio-sanitaria: retos y oportunidades", organizado por la Fundación Pfizer, Rumí aseguró -además- que el sistema sanitario tiene dos desafíos: para el Estado, atender las nuevas necesidades que se producen a partir del impacto migratorio y para los profesionales, atender a un colectivo diverso.
"El reto requiere dos condiciones básicas para el desarrollo político de los próximos años. La primera es que la inmigración se ordene a partir de la legalidad y se ajuste a la demanda del mercado laboral, y que el Estado sea capaz de inyectar recursos y compense la incorporación de nuevos beneficiarios, ya sean inmigrantes o nacionales", explicó Rumí.
En este contexto, la secretaria de Inmigración ratificó la postura del Gobierno sobre el tema de la directiva del retorno y afirmó que no se trata de una nueva política, sino una estrategia de respuesta ante el fenómeno social.
Así, explicó que la estrategia está basada en tres puntos: la lucha contra la inmigración clandestina y contra quienes la promueven, ordenación de los flujos migratorios de acuerdo a la demanda de mercado de trabajo, y la promoción de una política activa de integración social de los inmigrantes.
Finalmente, recordó que en los últimos 15 años, se incorporaron al sistema público de salud cuatro millones de nuevos beneficiarios, con todas las dimensiones que ello conlleva, "por la heterogeneidad de los colectivos".
