OVIEDO, 12 Jun. (EUROPA PRESS) -
La Asociación Española de Importadores de Madera (AEIM) quiere promover la certificación forestal como un "valor añadido" a la gestión sostenible del bosque, a pesar de que su coste final puede incrementarse un 20 por ciento si se trata de productos procedentes de países africanos o latinoamericanos. Por el contrario, la certificación de madera europea no tiene ningún sobrecoste adicional.
Así lo explicó el presidente de AEIM, Ramón Gabarro, durante la visita a las instalaciones de la primera empresa europea de comercialización de madera de Castaño, Maderas Sirero, ubicada en Oviedo. En todo caso, precisó que la certificación no debe confundirse con una buena gestión de los montes en países como España. "No encuentro diferencias entre lo que exige la Administración española en cuanto a la sostenibilidad y lo que audita la certificación forestal", comentó.
En países en desarrollo, en cambio, esta actividad exige un trabajo no realizado hasta el momento que encarece el precio final del producto. Las importaciones de madera y derivados (excluyendo muebles) alcanzaron el año pasado en España un valor total de 1.646,5 millones de euros, lo que supone una caída superior al 28 por ciento en relación con el año anterior.
En la actualidad, según los últimos datos disponibles, el 3 por ciento de las maderas frondosas importadas de América y el 20 por ciento de las importadas de Europa están certificadas. Del mismo modo, están certificadas un 3 por ciento de las tropicales procedentes de África y otro 6 por ciento de las de América Latina. Mientras, más de un 50 por ciento de las coníferas en general cuentan con certificación.
España es uno de los países con el consumo de madera más bajo de toda Europa: 0,11 metros cúbicos por habitante y año mientras que la media europea es justamente el doble (0,22). Otros países, como Canadá, alcanzan un consumo medio de 0,53 metros cúbicos y en Estados Unidos llega a los 0,34.
HAY MADERA CERTIFICADA Y NO HAY ILEGAL
En todo caso, los importadores aseguran que en España se puede encontrar madera importada certificada y precisaron que, en primer lugar, deben ser las administraciones públicas las que fomenten su consumo, algo que ya está contemplado como una posibilidad en la legislación. Además, Gabarro insistió en que no hay madera importada de forma ilegal, dado que todas ellas pasan los filtros indicativos de los países
Respecto a los montes españoles, precisó que todos están gestionados de forma sostenible y que la certificación implica una 'auditoría externa' que garantiza esa calidad. En la actualidad, los dos sistemas de certificación que operan en España son PEFC (Pan European Forest Certification ) y FSC (Forest Stewardship Council). El problema, según el sector, es que ambos sellos, con "mínimas" diferencias, no se reconocen, algo que sería especialmente importante, al menos, en lo que a la cadena de custodia se refiere para evitar que el empresario tenga que solicitar ambas auditorías.
Este reconocimiento es lo que le gustaría, por ejemplo, al director de Maderas Sirero, Pedro Martínez, que tiene certificados gran parte de los montes de Castaños tanto propios como los que explota, así como la cadena de custodia de la madera. El problema, según explica, es que si un cliente exige una certificación concreta para un tipo de madera, el proveedor tiene que hacer un trámite doble.
EL CASTAÑO EN ASTURIAS
En Asturias 96.000 metros cúbicos anuales y parte se exporta al extranjero. Martínez quiso dejar claro que la explotación forestal con una gestión sostenible no es perjudicial para los montes, sino todo lo contrario. A su juicio, la explotación obliga a mantener el monte y al hacerlo de forma sostenible se obtiene un doble beneficio, madera de mejor calidad en el futuro y sostenibilidad para el territorio.
En la misma línea se manifiesta Antonio Cueto, delegado del Colegio de Ingenieros Técnicos Forestales en Asturias, que apostó por un nuevo concepto emergente en toda Europa, "la jardinería forestal", es decir, el tratamiento del bosque con el mismo mimo y cuidado con el que se mantienen los jardines gracias al asesoramiento de un profesional.