Junta de CyL destinará más de medio millón para contratar a 26 intérpretes de lengua de signos para alumnos sordomudos

VALLADOLID, 20 Ago. (EUROPA PRESS) -

El Consejo de Gobierno de la Junta de Castilla y León aprobó hoy la contratación del servicio de intérpretes de lengua de signos para atender al alumnado sordomudo de los centros docentes públicos de Castilla y León durante el curso escolar 2009-10. En total, serán 26 los especialistas que realizarán este tipo de asistencia.

La inversión en este servicio, que asciende a 524.628 euros, se realizará a través de una empresa concesionaria y permitirá atender a los 53 alumnos sordomudos escolarizados en la Comunidad, según explicaron fuentes de la Administración regional.

Así, la Junta de Castilla y León cumple, señalaron, "con su compromiso de atender a los alumnos con necesidades educativas especiales, en este caso con atención individualizada por horas a quienes sufren algún tipo de discapacidad".

Los 26 intérpretes deberán repartir sus horarios entre los 32 centros escolares a los que asisten algunos de los niños sordomudos.

De ellos, tres colegios se encuentran en Ávila (tres alumnos y tres intérpretes), uno en Aranda de Duero (un alumno y otro intérprete), tres en Burgos (siete y tres), dos en Ponferrada (siete y dos), tres en León (nueve y tres), uno en Villares de la Reina para un alumno; nueve en Salamanca (13 y cinco), uno en Segovia para otro alumno; igualmente en Almazán, dos en Peñafiel (dos y uno) y seis en Valladolid (ocho y cinco).

La partida presupuestaria de 524.628 euros es el resultado de multiplicar el número de intérpretes (26) por el número máximo de horas estimado de prestación del servicio (1.062 por intérprete) y por el precio de la hora (19 euros). Las horas de prestación del servicio se corresponden con los 177 días lectivos del próximo curso escolar 2009-2010 a razón de 6 horas de asistencia al día por intérprete.

El intérprete de signos tiene como cometido principal servir de nexo comunicativo entre el profesorado y el alumnado sordomudo usuario de la lengua de signos, con el objetivo de volver a facilitarle la comprensión de las materias tratadas en el aula.