KATMANDÚ, 21 Sep. (Reuters/EP) -
La oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos ha instado a Nepal que tome medidas contra los autores de las "desapariciones, tortura y detenciones arbitrarias" durante la guerra civil que terminó en 2006.
Una rebelión maoísta, que duró una década y comenzó en 1996, causó más de 13.000 muertes y miles de desplazados, mientras que el destino de otros cientos que permanecen desaparecidos aún se desconoce, tres años después de que se alcanzara la paz con los rebeldes.
Los grupos defensores de los Derechos Humanos han acusado al Ejército y a los maoístas de abusos durante la guerra. En dos informes publicados en 2006 y en 2008, esta oficina de la ONU en Nepal afirmó que al menos 219 personas habían desaparecido de sólo dos lugares, el distrito de Bardiya, en el suroeste, y los barracones del Ejército del suburbio de Maharajgunj, en Katmandú.
Estos informes culpan a los maoístas de 14 de estas desapariciones y al resto al Ejército. "No se ha tomado ningún tipo de acción para investigar adecuadamente estas violaciones de los Derechos Humanos", afirma en un comunicado esta agencia de la ONU, que manifiesta una "preocupación especial" sobre los recientes nombramientos para extender o promover a personal del Ejército que estaba en la cadena de mando en el momento en que las violaciones tuvieron lugar.
Premiar a aquellas personas contra quienes "hay acusaciones creíbles de implicación en las violaciones de los Derechos Humanos (...), dañará cualquier esfuerzo del Gobierno para tratar la impunidad", indica el jefe de esta oficina en Nepal, Richard Bennett.
Los antiguos rebeldes maoístas surgieron como el mayor partido político en los comicios del año pasado para una asamblea constituyente después del alto el fuego de 2006, pero en mayo abandonaron la misma después de un conflicto con el presidente del país sobre la destitución del jefe del Ejército.
