DADAAB (KENIA), 4 (Reuters/EP)
Naciones Unidas está ofreciendo fondos al Gobierno keniano para que aumente la presencia policial en el mayor campamento de refugiados del país para detener el reclutamiento de jóvenes somalíes por parte de diferentes milicias para que vuelvan a luchar a su país.
La Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR) quiere aportar fondos para desplegar más agentes de policía y construir mejores infraestructuras, incluyendo puestos de control y vehículos, con el objetivo de que el campamento de Dadaab, a 100 kilómetros de la frontera somalí, sea más seguro.
La falta de controles y la pobre seguridad han permitido un aumento de armas y drogas en el campamento, así como del reclutamiento de jóvenes por parte de grupos de milicianos, según las fuerzas de seguridad. Actualmente hay 230 agentes en el campamento, según las autoridades kenianas.
"Esperamos que se produzca, dentro de poco, la firma para enviar el paquete de ayuda para la seguridad. Basándome en esto, creo que se permitirá la extensión del campamento", explicó el máximo responsable de ACNUR, Antonio Guterres, durante una visita a Dadaab.
El campamento acoge a 332.000 refugiados, de acuerdo con Naciones Unidas, el triple del número de personas para el que estaba destinado cuando se abrió en 1991. Muy pocos de los jóvenes que viven allí pueden ir a la escuela o buscar empleo, ya que es ilegal que trabajen en Kenia.
Un joven líder de las instalaciones asegura que las milicias como Al Shabaab, la Fuerza de Jubaland, y el Frente de Liberación Nacional del Ogaden Etíope están reclutando jóvenes en Dadaab.
10.000 REFUGIADOS AL MES
Desde el comienzo de 2011, unos 27.400 somalíes han llegado a Dadaab, ante el recrudecimiento de los combates entre las tropas somalíes y las milicias aliadas contra el grupo rebelde Al Shabaab, con lazos con Al Qaeda.
El responsable para los Asuntos de Refugiados del Gobierno keaniano, Badu Katelo, explicó que "la guerra entre Al Shabaab y el Gobierno de transición de Somalia está justo al otro lado de la frontera, y existe una preocupación real sobre la seguridad en el país, y especialmente en Dadaab".
"Recibimos 10.000 refugiados al mes. Creo que estamos alcanzado el nivel cuya carga es demasiado pesada para gestionar", añadió. El Departamento keniano para los Asuntos de Refugiados se hizo con el control del registro de nuevos refugiados en marzo, que antes dirigía ACNUR, para reforzar dicho control.
Guterres aseguró que se debe prestar más atención a la crisis en Somalia por el propio "interés personal de la comunidad internacional". "Somalia se está convirtiendo en un serio problema a nivel mundial. Existen muchas preocupaciones en relación con la piratería. Existen muchas preocupaciones respecto al terrorismo", añadió.
Somalia no tiene un verdadero gobierno desde la caída del dictador Mohamed Siad Barre hace 20 años. Desde entonces, los señores de la guerra primero y Al Shabaab después han luchado contra el Gobierno de transición, que sólo controla Mogadiscio.