MADRID, 2 Nov. (EUROPA PRESS) -
Al menos 16 personas han muerto en las zonas del sur de la capital de Filipinas, Manila, y en dos provincias en el este del país después del paso del tifón 'Mirinae', unas pérdidas muy bajas gracias a que los trabajadores humanitarios consiguieron una evacuación preventiva de más de 115.000 personas, según informó este lunes el Consejo Nacional para la Coordinación de Desastres (NDCC).
El NDCC indicó que 'Mirinae' ha causado "menos daño a la vida y a la propiedad" que los anteriores tifones. "Se ha atribuido en gran medida a los esfuerzos de prevención realizados por la autoridad nacional y local a través del NDCC y sus socios locales, y gracias a que se han posicionado los activos del Gobierno y los suministros de ayuda en las zonas más afectadas por el tifón", subrayó la agencia nacional.
"La cooperación entre todos los sectores es la mejor herramienta que tenemos en la preparación de los desastres o para dar una respuesta", aseguró. "Esperamos que todos hayamos aprendido de las tragedias anteriores para tener así una mejor preparación y una mejor respuesta", añadió.
Aún así, las fuertes lluvias y vientos han empeorado la situación humanitaria de decenas de miles de personas que se quedaron sin hogar por los dos tifones anteriores. Con vientos de más de 185 kilómetros por hora, 'Mirinae' atravesó la zona occidental de la isla de Luzón antes de salir por el mar de China un día más tarde.
La oficina meteorológica también ha indicado que puede que el tifón alcance hoy Vietnam, recoge la agencia de noticias humanitarias de la ONU, IRIN. "Damos las gracias a la sociedad porque escuchó a las autoridades, la gente es ahora más consciente después de 'Ketsana' y 'Parma'", afirmó la secretaria general de la Cruz Roja de Filipinas, Gwendolyn Pang, en referencia a las tormentas previas que han afectado a ocho millones de personas y han terminado con la vida de más de 900.
Mientras que gran parte de los evacuados por los tifones anteriores ya han regresado a sus hogares, Pang indicó que las operaciones de ayuda continuarán para las más de 87.000 personas que aún residen en refugios temporales en Manila y en las provincias que la rodean.
Por otro lado, a la vez que muchos supervivientes de las inundaciones regresan a sus hogares, parcialmente sumergidos, las autoridades han alertado de los posibles brotes de enfermedades por la contaminación de las aguas.
"Realizamos operaciones de ayuda para realizar los planes de recuperación y reconstrucción, necesitamos desarrollar un plan residencial para los que se quedaron sin hogar", explicó Pang, quien subrayó que los responsables de las operaciones de ayuda han manifestado que numerosas zonas, especialmente las cercanas a lagos y ríos, seguirán bajo el agua en 2010.