Bar-Vi abre sus puertas en el barrio de las letras de Madrid - BAR-VI
MADRID, 9 Dic. (EUROPA PRESS) -
La sostebilidad, la riqueza del Mediterráneo y los vinos naturales son tres de los ejes que conforman la seña de identidad de Bar-Vi, el nuevo espacio gastronómico que ha abierto sus puertas en el Barrio de las Letras de Madrid.
El chef Carlos Gremone y Débora Schneider han sido los artífices de este proyecto que recala en la capital tras su experiencia en Barcelona, donde estuvieron 12 años al frente de Bar Centro. Sin embargo, tras una "pausa necesaria", como explican ellos mismos, decidieron "viajar y reconectar" para lanzar esta propuesta marcada por su pasión con la coctelería italiana del aperitivo clásico y una selección de vinos pensada para acompañar la mesa.
Este viaje gastronómico, que va del aperitivo italiano al twist caribeño, cuenta también con Luis Miguel Castaño, nuevo socio y aprendiz de cocina de Gremone, que ha ideado una carta que refleja sus años de viaje, con un guiño al norte de Italia, donde se formó el chef ya que su familia es dueña de La Pila, "la risotería más antigua de Europa", activa desde 1.500 en Isola della Scala, cerca de Verona.
Pero en Bar-Vi también tienen cabida los sabores caribeños, en recuerdo a su estancia en Caracas (Venezuela), todo ello acompañado de una cuidadosa selección de vinos naturales y cócteles.
De este modo, la carta refleja "varias gastronomías" y empieza con entrantes sencillos, como pan de masa madre con mantequilla de cítricos pomada o las anchoas de Cetara (un pueblo de la costa amalfitana dedicado casi en exclusiva a la anchoa), con crema de ricotta y hierbas italianas en brioche para suavizar el sabor "potente y salado" del pescado.
También figuran clásicos como el roast beef tonnato o bocados frescos como las zanahorias braseadas con hummus di cannellini y crema di mandorle y chimichurri; mientras que la influencia tropical se refleja en el sweet chili pulled pork con cebolla de Figueres macerada, menta y cilantro en pan brioche, "tributo" al bar que regentaban en Barcelona que, como enfatizan, también "forma parte" de su historia.
Entre los principales, destaca la carrillera al vino con parmentier trufada y el pescado del día, sin olvidar platos icónicos de la gastronomía italiana, como el risotto --"reinterpretado cada semana"--, o gnocchi di patate con ragú de pomodoro y salsiccia al finocchio italiana, entre otras propuestas.
El broche final lo ponen los postres: brownie de chocolate con helado de vainilla o cremoso de mascarpone y mermelada de mora y Pedro Ximénez con crumble.
En cuanto a los vinos naturales, Schneider puntualiza que "no responden a una moda" sino que apostaron por este tipo de vinos para acompañar una propuesta que no deja indiferente.