Actualizado 16/03/2023 11:51

Coca-Cola y WWF reducen 3.552 millones de litros de agua de riego del Guadalquivir en 5 años en su 'Misión Posible'

El agriculotor Rafael Jiménez, de Cantillana (Sevilla) expone las ventajas del riego eficiente en su finca de naranjas y mandarinas a través del programa de Coca-Cola y WWF 'Misión Posible: Desafío Guadalquivir'.
El agriculotor Rafael Jiménez, de Cantillana (Sevilla) expone las ventajas del riego eficiente en su finca de naranjas y mandarinas a través del programa de Coca-Cola y WWF 'Misión Posible: Desafío Guadalquivir'. - EVA GONZÁLEZ/EUROPA PRESS

   SEVILLA, 16 Mar. (EUROPA PRESS) -

   Coca-Cola y WWF han ahorrado 3.552 millones de litros de agua de riego en cultivos de cítrico en el último lustro a través de un proyecto dirigido a fomentar el riego eficiente a través de la tecnología y, al mismo tiempo, recuperar las marismas cercanas a Doñana en el estuario del Guadalquivir.

   Con motivo de la celebración del Día Mundial del Agua que se celebra el 22 de marzo los dos compañeros del proyecto 'Misión Posible: Desafío Guadalquivir', las dos entidades han presentado los resultados de esta iniciativa que ha permitido, sólo en 2022, ahorrar casi una tercera parte del agua evitada en este lustro --1.071 millones de litros--, así como reducir en un 14 por ciento el uso de fertilizantes en las 14 fincas de sendos agricultores que participan con sus 765 hectáreas de mandarinas y naranjas.

   La directora de sostenibilidad de Coca-Cola Europacific Partners, Carmen Gómez-Acebo, ha explicado que uno de los objetivos de la estrategia de sostenibilidad de la empresa es el cuidado de las cuencas hidrográficas donde operan sus plantas y la reposición en el entorno del total del agua que se utiliza para la fabricación de sus bebidas, en concreto 1,75 litros por cada litro de producto. Se trata, según ha explicado a Europa Press, de un ratio "muy bajo" dentro de la industria y que incluso han disminuido desde el 1,83 litros de agua por litro de producto en 2022 respecto a 2021.

   "Optimizamos cada gota, la cuidamos y devolvemos a la naturaleza para preservar este recurso tan limitado como necesario y valioso", ha defendido en la presentación del proyecto en una de las fincas participantes, la de Rafael Jiménez, quien ha notado un "gran ahorro de agua" que es el "principal problema" de la zona, que vive cuatro años continuados de falta de lluvias. De hecho, ha dicho que la situación es tan dramática que la producción ha caído de los 60.000 kilogramos de cítricos por hectárea a apenas 10.000 kilogramos por hectárea en su explotación de Cantillana (Sevilla).

   Jiménez asegura que "al menos" ha obtenido un 20 por ciento de ahorro de agua, lo que se traduce asimismo en una reducción de sus costes de producción al saber qué cantidad, cómo y cuándo regar para mantener la humedad de sus naranjos y mandarinos, especialmente en los primeros 30 centímetros desde la superficie, donde se concentra la mayor parte de la raíz de la planta. Así, ha relatado que cuando le ofrecieron participar en el proyecto dijo que sí "del tirón", al ser conocedor desde la generación de sus abuelos de la importancia del agua en su producción de esta explotación que huele a azahar.

   La participación en 'Misión Posible', tras su selección de WWF por cumplir una serie de condiciones, la primera de las cuales pasa por garantizar un uso legal del agua, le ha permitido disponer de los sistemas tecnológicos de Hidrosoph, una empresa tecnológica dedicada al riego eficiente a través de sensores en los cultivos que recogen las condiciones de humedad del suelo, analizan el estado de estrés hídrico de las plantas y las predicciones meteorológicas para detallar exactamente qué cantidad de agua, donde y cuándo aplicarla a la planta.

   La directora gerente de Hidrosoph, María Jiménez Ruz, ha indicado que la empresa lleva 20 años trabajando con Coca-Cola en este ámbito de la optimización del uso de este preciado recurso. De hecho, ha dicho que en lo que va de año ha llovido un 33 por ciento de las precipitaciones normales en la zona, que acumula cuatro años seco.

   "Esperemos que llueva algo", ha confiado, aunque frente la incertidumbre de la meteorología, esta tecnología pronostica, por un lado la cantidad de lluvia que caerá a siete días vista y, por otro, analiza el resto de parámetros con tecnología satélite, con sensores en el suelo y sondas de monitorización de la humedad cuyo objetivo es evitar al máximo las pérdidas de agua y contabilizar la cantidad de riego. "Con ello, hoy es difícil encontrar pérdidas de agua", defiende.

   A modo de ejemplo, ha expuesto que el pasado verano, que fue el más cálido desde que hay registros en España, de los 31 días que tiene julio, 28 contabilizaron déficit de vaporación severo, y en el suelo, donde hay sombra y más humedad se llegaron a alcanzar temperaturas de hasta 28ºC, algo anómalo incluso en plena provincia de Sevilla.

   Otra de las ventajas del sistema es que a través de dendrómetros realiza una "especie de electrocardiograma diario" del tronco del árbol, para saber si sufre de estrés hídrico, dado que "lo importante" es que de mayo a agosto los frutales no sufran tal estrés y para ello, los sensores "sirven de notario" para dar fe de las necesidades de cada hectárea, pues todas están monitorizadas.

NUEVA RELACIÓN CON LA NATURALEZA

   Jiménez Ruz ha elogiado el proyecto de Coca-Cola y WWF porque está "al máximo nivel de apuesta por la tecnología y el conocimiento". En total, el proyecto alcanza un ahorro de agua anual de entre 0,5 y 1 hectómetro cúbico de agua (de 500 a 1.000 millones de litros), pero el coordinador de WWF en 'Misión Posible: Desafío Guadalquivir', Felipe Fuentelsaz, ha explicado a Europa Press que la voluntad del proyecto es llegar hasta 1.500 millones de litros (1,5hm3) de ahorro anual en 2023, para lo que necesitarán integrar unas seis fincas más al proyecto a lo largo de este año.

   "Desafío Guadalquivir ha demostrado la importancia de relacionarnos con la naturaleza de otra manera, trabajando codo a codo con actores locales para reducir el consumo de recursos naturales. Este territorio marítimo-fluvial atesora potencial para convertirse en un modelo europeo de desarrollo sostenible y fomento de la economía verde, generando prosperidad y bienestar para sus habitantes al tiempo que se protege y recupera una naturaleza singular", ha añadido, porque el objetivo de la ONG es recuperar el buen estado de la naturaleza con proyectos que sirvan de modelo y que sean replicables en otros entornos.

   De hecho, ha apuntado que este proyecto es, precisamente, una ampliación de 'Misión Posible: conservar el agua de La Mancha' que acometieron los mismos socios en las Tablas de Daimiel en 2012.

   "Los proyectos empiezan y terminan y después se auto-mantienen con el sostenimiento de los propios agricultores a los que WWF y Coca-Cola les aporta la tecnología y la capacitación necesarias", señala. En este caso, tanto Fuentelsaz como Gómez Acebo no ven pronto el final del proyecto que la empresa quiere mantener a ser posible hasta 2030, en el marco de su estrategia 'This is Forward'.

   En esa línea, basada en reducir, proteger, regenerar y reponer los ingredientes de Coca-Cola para una gestión sostenible del agua, la compañía ha logrado ahorrar desde 2010 un 19,8 por ciento de agua, lo que supone que ha logrado casi tres años antes su objetivo de obtener ese ahorro del recurso en 2025. Además, devolvió a la naturaleza 4.916 millones de litros de agua en 2022 solo en España, al menos el cien por cien del agua que contienen sus bebidas a través de ocho proyectos activos en la actualidad en el conjunto del país.

   Más allá del agua, el 'Desafío Guadalquivir' incluye la recuperación de seis hectáreas de marisma en Trebujena (Cádiz), donde se ha restaurado un hábitat en el estuario de este río para mejorar la calidad del agua de la zona, crear un refugio de avifauna y potenciar el ecoturismo local y la acuicultura artesanal. No es baladí pues la zona alberga unas 150 esspecies, entre las que destacan la anguila europea, el sábado, la saboga, el águila imperial ibérica y la malvasía cabeciblana o la cerceta pardilla (en peligro de extinción), la gaviota picofina o el galápago leproso.