Publicado 01/06/2023 21:25

Más de 34.000 voluntarios y casi 1.300 entidades retiran más de 1.880 toneladas de basura marina con 'Mares circulares'

Coca-Cola presenta los resultados de los primeros cinco años del proyecto Mares Circulares, en Baiona (Pontevedra)
Coca-Cola presenta los resultados de los primeros cinco años del proyecto Mares Circulares, en Baiona (Pontevedra) - EUROPA PRESS

BAIONA (PONTEVEDRA), 1 Jun. (De la enviada especial de EUROPA PRESS Eva González) -

Un total 34.198 voluntarios con la implicación de 1.269 organismos, entidades y ONG han logrado retirar 1.880 toneladas de residuos de las costas y del fondo del mar que, tras ser caracterizados en el marco del proyecto Mares Circulares, sirven de fuente de información científica para generar proyectos innovadores, algunos de los cuales son la génesis de 'start ups' que impulsan la economía circular.

La iniciativa puesta en marcha por Coca-Cola en febrero de 2018 en España y Portugal, se ha apoyado en una red de colaboración para buscar, por un lado intervenir en "lo urgente", a través de la retirada de estas casi 2.000 toneladas de residuos, de los que 19,6 toneladas eran PET; "lo importante, la sensibilización" de 73.189 personas y 210 municipios y, en tercer lugar, según explica la directora de Sostenibilidad de Coca-Cola Europacific Partners, Carmen Gómez Acebo, la búsqueda de soluciones "hacia el futuro" para fomentar la economía circular y la investigación científica encaminada a garantizar la sosteniblidad futura de los océanos.

Durante la presentación de resultados de estos cinco primeros años del proyecto en Baiona (Pontevedra), ha contextualizado el proyecto dentro de la estrategia de sostenibilidad de la compañía que tiene como objetivo lograr la neutralidad de las emisiones en 2040.

Para Gómez Acebo ese objetivo obliga a una "enorme y difícil transformación interna" a nivel empresarial de la compañía y, al mismo tiempo a "acompañar" a sus proveedores y empresas a hacer lo mismo.

En este tiempo, Mares Circulares ha realizado 456 actuaciones en playas y entornos acuáticos; 81 intervenciones en reservas marinas y otras áreas protegidas en las que se han implicado cada año 17 puertos y 125 barcos pesqueros en toda España.

En concreto, los implicados son los pescadores de Santoña (Cantabria), Llanes y Gijón (Asturias); Muros, Ribeira y Bueu (Galicia; Isla Cristina, Punta del Moral, Punta Umbría, Marbella, Vélez, Almería, Carboneras y Garrucha (Andalucía); Andratx (Baleares); La Restinga-El Hierro (Canarias) y el Puerto de Horta (Islas Azores, Portugal).

Además de las 456 limpiezas en este lustro, con unas 160 monitorizaciones de datos anuales (una en primavera y otra en otoño en 80 enclaves fijos) hasta sumar 811 en las cinco ediciones, el proyecto va más allá de la mera recogida, puesto que analiza tanto la procedencia de los residuos, su estacionalidad, el impacto, el grado de degradación y la reciclabilidad de estos materiales.

Así, los técnicos de la Asociación Chelonia, encargada de caracterizar y analizar los residuos, concluyen que en el mar predominan los residuos plásticos, con un 81 por ciento en playas y un 72 por ciento en entornos acuáticos, de los cuales casi 20 toneladas (19,6) eran de PET, es decir, el plástico del que están hechas las botellas de bebidas.

El director de esta asociación, Manuel Merchán, ha precisado que del peso total de residuos recogidos, el 5,61 por ciento eran higiénico sanitarios, sobre todo toallitas y mascarillas, un nuevo tipo que en 2018 apenas existía y que en a raíz de la pandemia es prevalente; el 3,26 por ciento vidrio y el 3,08 por ciento metal.

Por su parte, en los fondos marinos, el segundo tipo de residuos recogidos corresponden a la fracción metal (15,77 por ciento); vidrio (4,95 por ciento) y ropa o textil (3,51 por ciento). En ese contexto, Merchán ha subrayado la importancia de analizar los datos porque, en su opinión, "no se puede conservar lo que no se conoce", de modo que la "cantidad y calidad" de los datos obtenidos en este lustro facilita la propuesta de soluciones desde el conocimiento.

Otra de las 'patas' del proyecto es el apoyo a proyectos científicos e iniciativas emprendedoras a través del Premio Mares Circulares que han distinguido a 14 estudios científicos y a seis startups con un total de 118.800 euros en estos cinco años.

Uno de los proyectos es el que dirige el director de la Cátedra de Ciencias del Litoral de la Costa del Sol, de la Universidad de Málaga, Francisco Franco, que rescata las toallitas húmedas de playas y de estaciones depuradoras de aguas residuales para sintentizar nanomateriales a través de un proceso químico que las convierte en carbón activo reutilizable. Otras de las investigaciones permiten valorizar energéticamente los microplásticos o recuperar el plomo de los fondos marinos par su uso en otros ámbitos.

REDES DE BASKET Y MUEBLES DE MEJILLÓN

Entre las start-ups premiadas, el fundador de Ecoballution, Carlos Martínez, ha detallado cómo durante la pandemia unió su pasión por el baloncesto --ya que es jugador profesional-- con su objetivo de generar un impacto positivo en su Galicia natal con el apoyo de las 'redeiras' de Corme (La Coruña) que recuperan y convierten de manera artesanal las viejas redes de pesca procedentes de residuos marinos en redes de canastas de baloncesto recicladas y con valor de mercado.

"Este reconocimiento nos motiva e impulsa para seguir contribuyendo a hacer un mundo mejor y más sostenible a través del deporte", ha manifestado Martínez que ha elogiado el valor que puede aportar unir artesanía, reciclaje y economía local.

Mientras, Diego Vázquez, cofundador de Newmind Innovation, otra start-up gallega ha puesto en marcha su proyecto 'Economía azul 4.0', que convierte el carbonato cálcico procedente de la cocción de los mejillones en una materia prima que se pueda devolver a la cadena de valor, por ejemplo, en forma de mobiliario urbano a partir de las conchas del mejillón.

Del apoyo de distintas iniciativas, Coca-Cola, a raíz de este proyecto ha logrado que el plástico PET que se recoge de las limpiezas de playas y entornos acuáticos haya logrado formar parte de la primera botella realizada con un 25 por ciento de plástico marino apto para su uso alimentario.

Una de las dificultades de esta cadena circular es el reciclaje de los materiales plásticos no PET, como por ejemplo los restos de redes, bolsas o film que están muy degradados y que fueron recogidos por más de 500 pescadores de 104 barcos. Sin embargo, uno de los proyectos de investigación premiados ha permitido superar este reto con una tecnología impulsada por la Asociación Vertidos Cero, el Instituto Tecnológico del Plástico (AIMPLAS) y Plastic Precios La Safor, una ONG de economía circular y plástico.

Este grupo ha logrado a través de la tecnología construir con 5,2 toneladas de toda la basura marina recogida en 2022 un total de 17 bancos que contienen entre un 30 y un 50 por ciento de ese material y que se están instalando, precisamente, en los puertos que colaboran con la iniciativa. Tres de ellos, ya están en Muros, Ribeira y Bueu.

La directora de proyectos de la Asociación Vertidos Cero, Estíbaliz López-Samaniego, ha elogiado el "sobre-esfuerzo" de los pescadores voluntarios que separan los residuos en las embarcaciones, los llevan a tierra, y los vuelcan de manera separada para su posterior gestión.

Desde la Xunta de Galicia, que también colabora con Mares Circulares, su directora general de Calidad Ambiental, Sostenibilidad y Cambio Climático, Sagrario Pérez Castellanos, ha explicado que el apoyo a este proyecto va alineada a la estrategia de sostenibilidad de la comunidad autónoma porque "Galicia vive por y para el mar".

De ese modo, ha defendido el papel crucial de las cofradías de pescadores y del voluntariado, que ha de partir de entidades públicas, privadas, organizaciones y ciudadanos, con especial atención a la sensibilización de los niños, en la tarea de "repensar" el papel de cada uno ante los ecosistemas.

A su juicio, sería conveniente incidir en el pago por los servicios ecosistémicos y pasar del enfoque de que quien contamina paga al de bonificar al que menos contamina.