MADRID, 31 Mar. (EUROPA PRESS) -
La organización de defensa del mar Oceana, tras conocerse los nuevos acuerdos de producción limpia en la industria del salmón en Escocia, denunció que las necesidades europeas de obtener nuevos recursos con menores índices de contaminación para alimentar a los peces de cultivo "ponen en serio peligro la sostenibilidad de las pesquerías nacionales".
Según informa la ONG Adital, el jefe de la campaña contra la Salmonicultura de Oceana, Cristian Gutiérrez, explicó que los recursos pesqueros de Chile "están menos contaminados con PCBs y dioxinas que los que se pescan en el Mar del Norte", por lo que los productores europeos, en especial los escoceses, "estarían pensando en comprar pescado chileno para surtir de alimento a sus plantas salmoneras".
Al respecto, Gutiérrez indicó que la presión por parte de la industria salmonera escocesa "recargaría aún más la sobreexplotación" de la pesca chilena, a pesar "del evidente agotamiento" que presentan los recursos de este país.
En este sentido, resaltó que en un mercado donde la demanda ha aumentado tanto cuantitativa como cualitativamente, "la comunidad internacional está dando distintas respuestas para enfrentar los costes generados por la industria salmonera".
Así, el jefe de la campaña contra la Salmonicultura señaló que una de las primeras reacciones ha sido la de alcanzar acuerdos internacionales con la industria, con el objetivo de poner en marcha certificaciones de los productos. Por ello, afirmó que estas soluciones puntuales "pueden provocar externalidades negativas a otras zonas del planeta", como en las costas de Chile y Perú.
CRÍTICAS DE OCEANA
Las críticas por parte de Oceana llegaron tras el acuerdo suscrito entre el Consejo de la Administración Marina, la ONG Asociación del Suelo, la compañía acuícola Aquasot y una de las mayores cadenas de supermercados de Gran Bretaña, en el que decidieron formar una sociedad para buscar "una alternativa orgánica sostenible" para el cultivo y alimentación de salmones en cautividad.
Estas medidas provocaron anteriormente la "sobreexplotación de especies como la sardina que fueron llevadas al colapso". Por este motivo, el presidente del Grupo de Protesta por la Cría del Salmón, Bruce Sandinson, aseguró que hasta hace poco tiempo, "un millón de toneladas de sardinas eran pescadas en el Mar del Norte cada año como comida de peces, quitándole el sustento natural a otras especies amenazadas como el bacalao".
En esta línea, Oceana puso de manifiesto la "alarmante" falta de sostenibilidad de este sector, puesto que se necesitan cerca de tres toneladas de sardinas o de jureles, para producir una tonelada de carne de salmón. Por ello, manifestó su oposición a este acuerdo y solicitó que se refuercen las políticas públicas, a través de un nuevo marco regulatorio "basado en el enfoque ecosistémico" dotado con recursos económicos y humanos para que pueda ser puesto en marcha de forma real.