El volumen de negocio alcanzó los 91.655.943 y los residuos gestionados sumaron 909.080 toneladas
SANTIAGO DE COMPOSTELA, 17 Nov. (EUROPA PRESS) -
Las plantas integradas en la Sociedade Galega de Medio Ambiente (Sogama) redujeron en un 5,8 por ciento las cenizas generadas en las actividades que realizan de reciclaje, al pasar de 33.239 en 2007 a 31.316 en 2008, según la memoria de ese año. Además, las emisiones de CO2 bajaron en mil toneladas en ese periodo.
Así, según se desprende de la memoria de sostebilidad de Sogama, de entre los residuos peligrosos que genera la planta, se observa una reducción en los generados del proceso de valoración energética, es decir, las cenizas, que experimentaron un 5,79 por ciento de reducción.
Sin embargo, los aceites usados y los lodos de depuradora subieron, en ese periodo, un 41,55 y un 22,86 por ciento, respectivamente. En contraposición, las pilas usada y las baterías de plomo se eliminaron, tal y como recoge el documento.
A este respecto, Sogama explica que los residuos son gestionados por gestores especializados, salvo los de combustión --cenizas y escorias-- que son tratados en las propias instalaciones, de manera que las cenizas son dispuestas en depósitos controlados y las escorias, como materiales inertes no peligrosos, son dispuestos a granel y se estudia su aplicación para el uso en el firme de carreteras.
REDUCCIÓN DE CO2
Por otro lado, la empresa pública de medio ambiente subrayó que las emisiones de CO2 se redujeron en 2008 respecto del año anterior, al pasar de 327.077 a 326.710 toneladas, algo que atribuye a las actuaciones que promueve la planta para reducir los gases de efecto invernadero y de sustancias destructoras de la capa de ozono.
Además, la concentración de dioxinas y furanos está por debajo del límite legal en todos los casos, algo que ya ocurría en 2007, según los datos del informe. De esta manera, en el proyecto Life-Biosofc, se espera producir electricidad y calor con unas emisiones "insignificantes" óxidos de nitrógeno y óxidos de azufre, para evitar las emisiones de metano.
En esta línea, el transporte entre las plantas de transferencias y el centro de Cerceda se realizan por carretera --en camiones de una empresa contratada-- y ferrocarril, que es la apuesta de la sociedad para alcanzar "un transporte sostenible de los residuos". Con la misma finalidad, Sogama apuesta por el principio de proximidad, que persigue el reciclaje de materia orgánica en origen.
En total, los residuos gestionados por Sogama alcanzaron las 909.080 toneladas, una reducción del 2 por ciento al respecto de 2007, cuando esta cifra alcanzó las 927.679 toneladas. En el caso específico de bolsa negra, se registró una reducción de 1,37 por ciento y en la bolsa amarilla una reducción del 34,24 por ciento.
BALANCE ECONÓMICO
A nivel económico, el volumen de negocio alcanzó los 91.655.943 euros y unos beneficios de alrededor de cinco millones de euros. Sin embargo, tal y como ya se había avanzado, no hubo reparto de beneficios a la vista de las "importantes inversiones" que se deben realizar para mejorar la gestión.
El equipo de Sogama está conformado por 24 trabajadores y el vinculado a empresas contratistas, asciende a 359 operarios en Cerceda, a 402 en Areosa y a 43 en las plantas de transferencia. A esta cifra habría que sumarle las contrataciones realizadas específicamente con motivo de la parada mecánica del complejo.
Además, se crearon dos nuevas figuras en su organigrama directo, la jefatura de relaciones laborales y la de técnico superior de prevención. Para Sogama, ambas son necesarias a raíz de que 640 trabajadores prestaron servicios par la entidad en 2008.
PREVENCIÓN Y REDUCCIÓN
El presidente de Sogama, Luis Lamas Novo, insistió en la memoria --en la que introdujo una carta-- en la necesidad de potenciar la "prevención y la reducción de residuos" por parte de los ayuntamientos como "pilar básico en la gestión de la entidad".
Asimismo, apuesta "firmemente" por una modernización de las instalaciones y la incorporación de las tecnologías "más novedosas" que permitan incrementar el porcentaje de material destinado a reciclado, maximizando la eficiencia del tratado final al que son sometidos a los residuos y minimizando el impacto ambiental de su actividad sobre el entorno.
