Actualizado 25/05/2006 14:03

RSC.- Tata Steel, premiada por su buena integración en India mientras las ONG denuncian el desplazamiento de indígenas

La compañía apuesta por el diálogo para solucionar los problemas con los lugareños y culpa al Gobierno de permitirle entrar en sus tierras

MADRID, 25 May. (EUROPA PRESS) -

La compañía india de acero Tata Steel, uno de los mayores grupos del país, fue reconocida como la mejor planta de acero integrada en India por quinta vez. Sin embargo, desde las ONG la apreciación es distinta; éstas denuncian el desplazamiento que sufren los indígenas por la instalación de las plantas en sus tierras.

El galardón se creó en 1992-93 por iniciativa de las autoridades para reconocer las actividades de las plantas de acero integradas en India. El objetivo es que estas plantas consigan los standars internacionales de eficiencia y calidad en sus operaciones.

Los elegidos salen de la decisión de un grupo de expertos entre economistas, consumidores y trabajadores del sector del acero que debaten sobre criterios operativos, financieros, de mercado, de calidad, de satisfacción del consumidor y medioambientales.

Todas las plantas de acero que optan a este premio son sometidas a un riguroso proceso de evaluación. En este periodo, Tata Steel consiguió los mejores resultados en todas sus áreas de operación como producción, calidad y satisfacción del cliente.

Asimismo, la compañía se encuentra entre los productores más baratos de acero y una de las pocas compañías de este sector que ha hecho su prioridad la mejora del valor añadido de la compañía y la creación de valor entre los 'stakeholders'.

CRÍTICAS DE ONG

Por su parte, la ONG Corporte Watch denuncia que la empresa es responsable del desplazamiento de indígenas del país por la instalación de sus plantas en estas zonas así como de usar la fuerza policial para conseguir sus tierras.

Los activistas destacan que este movimiento se convirtió en una lucha contra la compañía desde octubre de 2004 cuando "los ciudadanos tuvieron claro que el Gobierno y las compañías estaban renegando las promesas de rehabilitar a las familias desplazadas".

La ONG recuerda que cuando la compañía comenzó su andadura en India en los años 90 "fue bien recibida" pero pronto se hicieron notar los costes económicos, culturales y medioambientales. "Las canteras sustituyeron a los bosques y la poca agricultura que había quedó devastada", señala.

Los grupos locales tribales desconfían por lo tanto no sólo de su Gobierno sino también de la compañía. El pasado mes de noviembre, la organización en contra del desplazamiento dio un ultimátum a la compañía para que dejara sus proyectos.

"Si hubiera una compañía que respetara a los indígenas no debería adentrarse en la tierra de su propiedad", indicó un activista. Sin embargo, también destacó que desde la empresa culpan al Gobierno de ser quien les permitiera entrar en esas zonas.

Por su parte, la compañía no quiere abandonar el proyecto y apuesta por el diálogo con los grupos tribales para llevarlo a cabo. "Tenemos un amplio historial de trabajar con indígenas a lo largo de nuestra historia", concluyó.