ELA cree que "el reto" soberanista es lograr "acuerdos de mínimos" ante "la razón de Estado que quiere imponerse"

Actualizado: martes, 30 marzo 2010 14:54

Apuesta por situar la crisis y sus efectos como "ámbito prioritario" de la acción sindical, social y política

BILBAO, 30 Mar. (EUROPA PRESS) -

ELA defendió hoy que "el reto actual de los soberanistas" es alcanzar "acuerdos de mínimos" para responder a "esa razón de Estado que quiere imponerse" y aseguró que "la búsqueda sincera de la pluralidad" y "la voluntad inclusiva" deben ser "los criterios orientadores básicos en los aliados". Asimismo, consideró que la reivindicación del derecho de autodeterminación y el autogobierno deben constituir "de manera urgente un elemento de contienda real con el Estado, compartido por el conjunto de fuerzas democráticas del país".

En la resolución del Comité Nacional de ELA con motivo del Aberri Eguna, hecha pública hoy, el sindicato realiza una reflexión sobre el actual momento social y político, en la que indica que, aunque "la dinámica" en favor de "reivindicaciones nacionales y políticas" debe "conjugarse" con "las legítimas aspiraciones partidarias y electorales", existen "cuestiones básicas relacionadas con los derechos humanos, la democracia, el euskara y el derecho a decidir" que deberían formar parte de "acuerdos de mínimos para responder a esa razón de estado que quiere imponerse".

"Esos mínimos, hoy sin determinar, deberían estar blindados para garantizar el compromiso en el trabajo social y político de quienes libremente los suscriban. Ese es, a nuestro parecer, el reto actual de los soberanistas. Necesitamos unos mínimos que nos comprometan. Y ese reto no se puede ni se debe confundir con la legítima lucha de espacios electorales", asegura.

En este sentido, considera que "la voluntad inclusiva y no exclusiva en la configuración de las alianzas y la búsqueda sincera de la pluralidad deben ser criterios orientadores básicos entre los aliados". Además, apuesta por superar "iniciativas del pasado" en las que "se buscaba más la disolución de las organizaciones que dar la debida fuerza y consideración a las interlocuciones reales de esas organizaciones".

ELA añade que "los métodos civiles" constituirán "la mejor fuente de legitimación social de esas luchas". En esta línea, valora las conclusiones del debate realizado por la izquierda abertzale ilegalizada y señala que "la apuesta unilateral por las vías civiles abre un escenario de esperanza para nuestro pueblo".

A su entender, "se trata de la mejor apuesta para responder a los desafíos del momento presente, con un estado desaforado, violento y antidemocrático, que cuenta además con amplio sostén internacional para manejar a su manera la llamada cuestión vasca". En cualquier caso, reitera su exigencia a ETA para que "abandone definitivamente el camino de la violencia" y "cese de inmediato su amenaza sobre tantos conciudadanos".

"LOS PEORES PRONÓSTICOS"

El sindicato vasco advierte además de que "debemos seguir lamentando los efectos de una crisis que padece casi en exclusiva una parte de la sociedad, la clase trabajadora", y censura que, transcurrido casi un año de la huelga general convocada por los sindicatos nacionalistas, "se han cumplido los peores pronósticos".

De este modo, alerta de que la patronal "aprovecha la crisis y el miedo de muchos trabajadores" para "desmontar" los logros alcanzados durante años por "la lucha sindical", para "romper las reglas del juego" y para "atacar a la propia libertad sindical". Asimismo, indica que "la ideología neoliberal sigue orientando las políticas públicas" de las instituciones vascas, "al margen de las fuerzas que gobiernen", y a nivel estatal "los poderes políticos y económicos han decidido imponer políticas de ajuste, políticas de derecha, que benefician a la banca y a la patronal".

En este marco, sitúa las reformas planteadas para "el sistema de pensiones, el mercado de trabajo y la negociación colectiva", amparadas "por los dos sindicatos mayoritarios del Estado", que colocan "en un escenario muy negativo a la clase trabajadora".

En este contexto, asegura, "queda más en evidencia la imposibilidad de las instituciones del país para legislar en materia laboral, social y sindical, que siguen siendo competencia del Estado". En su opinión, "faltan también instrumentos económicos y financieros".

"Se trata de carencias contrarias a la aspiración de autogobierno ampliamente extendida entre la ciudadanía vasca y, lo que es más grave, aleja el debate social de nuestro ámbito de intervención, permitiendo que las principales fuerzas políticas del país no tengan ni siquiera necesidad de posicionarse política y públicamente en una coyuntura tan grave", censura.

Para ELA, es "lógico" que en el actual conyuntura se extienda "el deseo de construir una nación soberana e independiente". El sindicato apuesta por que "la organización social del país y la propia identidad nacional se conformen en torno a valores de justicia social y solidaridad".

Con "el ataque" que padece la clase trabajadora por parte de los poderes políticos y económicos y con "un sindicalismo español dispuesto a dar carta de naturaleza a los objetivos políticos y sociales del Estado en el marco del diálogo social a cambio de financiación y usurpando incluso la representatividad ajena", ELA cree preciso "situar la crisis y sus efectos como ámbito prioritario de acción sindical, social y política".

"URGENTE RESPONDER"

En opinión del sindicato, "sin perder el horizonte más estratégico en la lucha nacional", el "sinfín de males provocados por la escasa raigambre democrática del estado español", que "se traduce en un estado de excepción para con nuestro país", constituye "una llamada urgente a otras tantas luchas que las fuerzas democráticas vascas tenemos que asumir desde el momento presente". "Es urgente responder a la razón de estado", apela.

En este sentido, cita "los muchos problemas derivados de las políticas represivas y conculcadoras de derechos humanos propiciadas por el estado" como la política penitenciaria "inhumana", la "opacidad" en los casos de "malos tratos y torturas", una legislación antiterrorista "impropia de un país democrático". También señala, en este sentido, que la muerte de Jon Anza "nos devuelve a los episodios más negros de la guerra sucia".

En segundo lugar, denuncia que "los más elementales principios democráticos que no se respetan en el ámbito legislativo, judicial y ejecutivo", con las reformas legales planteadas para "tratar de imposibilitar" la presencia de la izquierda abertzale ilegalizada en las elecciones y en las instituciones, además de una "multiplicación de procesos judiciales a iniciativa de organizaciones de extrema derecha" o detenciones de "personas sobre las que sólo se predica su actividad política".

El acceso del PSE al Gobierno vasco completa, en opinión de ELA, "un panorama de difícil parangón en las democracias del entorno" y que tiene como objetivo "completar el proceso de uniformización del Estado".

En tercer lugar, critica "la dirección" de las políticas en materia de educación, lengua y cultura. Finalmente, en cuarto lugar, subraya la necesidad de alcanzar mayores cotas de autogobierno y de lograr "un sistema de garantías democráticas, en el que todos los proyectos políticos sean posibles".

A su juicio, la reivindicación del derecho de autodeterminación y el autogobierno en general deberían constituir "de manera urgente un elemento de contienda real con el estado, compartido por el conjunto de fuerzas democráticas del país".