VITORIA, 1 Feb. (EUROPA PRESS) -
El grupo empresarial Kider, con sede en Murga (Bizkaia), ha realizado este viernes un llamamiento a la "responsabilidad" de la representación laboral de los trabajadores de la empresa para negociar y ha advertido de que la huelga general convocada por los sindicatos el próximo lunes paralizará la actividad productiva con unas pérdidas de alrededor de 1.600.000 euros, cantidad "imprescindible para evitar la entrada de la empresa en quiebra técnica".
El grupo empresarial, que cuenta con cinco centros de trabajo en Euskadi y numerosas delegaciones comerciales en el Estado, y que se dedica al diseño, fabricación y comercialización de equipamiento mobiliario comercial, planteó el pasado 24 de enero un ERE extinción para 147 trabajadores que, según han denunciado los sindicatos, supondría el cierre del centro productivo de Burceña (Barakaldo), y el despido aproximado del 30 por ciento de los trabajadores de los centros de Álava.
Por ello, el comité de empresa ha anunciado que iniciarán el próximo 4 de febrero una huelga indefinida contra los 163 despidos solicitados en el ERE de extinción presentado esta semana.
En un comunicado, la empresa ha realizado un llamamiento a la "responsabilidad" de la representación laboral de los trabajadores de la empresa para negociar y ha criticado la "reacción" a la presentación del expediente de regulación de empleo de 147 personas, ya que se ha convocado una huelga indefinida "sin haber ni siquiera iniciado el cauce de la negociación y el acuerdo, cuya importancia es definitiva".
Asimismo, ha avanzado que si no se consigue un acuerdo antes del próximo lunes, la movilización social paralizará la actividad productiva y tendrá "repercusiones considerables y cuantificables objetivamente", ya que "afectará a pedidos a corto plazo que suponen una facturación de 1.600.000 euros, imprescindibles para evitar la entrada de la empresa en quiebra técnica".
VIABILIDAD FUTURA
Según la empresa, "a pesar del desplome del mercado, de los pedidos, de la facturación y de las pérdidas que arrastra" ha conseguido que "el plan de negocio elaborado por el equipo de dirección que promueve la viabilidad futura y el mantenimiento de al menos 250 puestos de trabajo se apruebe por el consejo de administración".
Además, ha subrayado que los accionistas apuestan por este plan de negocio, "aportando capital que garantiza la viabilidad del grupo a largo plazo y, como consecuencia, franquea el paso a los bancos para facilitar las líneas de crédito necesarias". "Los primeros pasos hacia la solución ya se han dado", ha insistido.
Por todo ello, la dirección ha reiterado su disposición a "negociar sin descanso en cuanto la representación legal de los trabajadores considere". "Hay que tener en cuenta que a Kider no va a venir a salvarla ningún hermano mayor del extranjero. Kider tiene la central del negocio en Álava, es de aquí, tiene que solventar sus problemas aquí, y no debe engrosar la lista de las 783 empresas que han cerrado desde 2008 en Álava por culpa de la crisis", ha defendido.
Finalmente, ha vuelvo a hacer un llamamiento "a la responsabilidad de todos y cada uno de los que formamos esta empresa para que abordemos juntos su viabilidad y, desde la negociación, hagamos que este proyecto siga vivo, porque Kider tiene futuro y la empresa apuesta por ello".