SANTIAGO DE COMPOSTELA, 16 Oct. (EUROPA PRESS) -
Brigadistas acumulan jornadas de más de 15 horas tratando de controlar las llamas de numerosos incendios forestales declarados en las provincias de Ourense y Lugo, donde, a diferencia de lo que ocurre en la fachada atlántica, todavía no llovió "ni gota" y el humo oculta el cielo.
Según han informado a Europa Press miembros del servicio de extinción de la Xunta y de la empresa pública Seaga, la situación sigue siendo "dura" y "muy grave" en ambas provincias, donde han ardido espacios de alto valor ecológico como Os Ancares, O Courel, la Ribeira Sacra y el Xurés, entre otros.
Manuel López, delegado de Seaga en la provincia luguesa, ha explicado que "cada poco" su cuadrilla tiene conocimiento de nuevos focos. Comenzó la jornada a las 7 de la mañana dando el relevo a una brigada que "ella sola" estaba luchando contra el fuego en Cervantes.
Después de trabajar en un incendio que ha calcinado 72 hectáreas --según sus números-- en As Nogais, ahora se desplaza junto a sus otros dos compañeros para colaborar en la extinción de otro decretado en Sarria --falta un integrante en su brigada--.
En la provincia ourensana, Óscar Rodríguez, del servicio público de defensa contra incendios de la Xunta, comenta que "la gente está exhausta", pero se ha ofrecido "voluntariamente" toda vez que existen tantos focos y peligran casas y la vida de las personas.
Como "mínimo", de acuerdo con sus informaciones, las brigadas están realizando entre 12 y 14 horas continuas, lo que se suma a un año en el que "no hubo precampaña ni campaña": "En Ourense lleva ardiendo desde diciembre del año pasado", asevera.
Por su parte, Héctor López, presidente del comité de empresa de Lugo, señala que en la zona de Monforte "es prácticamente de noche" y "hay muy pocas brigadas", por lo que algunos jefes de brigada están teniendo que actuar como director de extinción, tarea que habitualmente recae sobre los agentes medioambientales.
Con todo, López precisa que esta es una circunstancia que contempla el Pladiga (plan de defensa contra incendios diseñado por la Xunta) para situaciones con falta de agentes.
