Galicia redacta el decreto por el que se dará cinco años para reducir los valores de ruido de sus carreteras

Actualizado: sábado, 11 mayo 2013 21:49

La "abundancia" de adversos climatológicos no altera en el cómputo global los valores medios


SANTIAGO DE COMPOSTELA, 11 May. (EUROPA PRESS) -

La vigilancia de la Unión Europea en materia medioambiental es especialmente sensible y el incumplimiento de las normativas puede propiciar la apertura de un expediente sancionador. Antes de que eso ocurra, Galicia ha imprimido velocidad a las tareas pendientes, como la elaboración del mapa de ruido de sus carreteras, que ya tenía que estar listo en 2012, y la redacción del decreto que desarrolla esta materia y por el cual se dará a sí misma un plazo de cinco años para adaptar las infraestructuras viarias a los niveles legales.

También en virtud de este decreto, que asimismo se aprobará con retraso, se regularán aspectos técnicos y se les obligará a los ayuntamientos a que tengan listas en un año las ordenanzas municipales que regulan esta materia, y que, según la ley estatal, también tenían que estar redactadas. Asimismo, en esta normativa se regulará cuestiones como las entidades que pueden hacer mapas de ruido, el establecimiento de las zonificaciones acústicas y la promoción de medidas correctoras.

Y es que, aparte de las cuestiones consecuencia de la crisis económica, como los servicios sociales o la preocupación por la vivienda, los impactos ambientales empeoran la calidad de vida de los ciudadanos, que se quejan por las molestias que les ocasionan, como así reflejan informes como el elaborado por el Valedor do Pobo este año. De hecho, en 2012 el alto comisionado parlamentario cursó 233 expedientes en materia de medio ambiente, siendo el ruido el que motivó la mayoría de estas quejas.

Los encargados de velar por el bienestar de los vecinos en esta materia son los ayuntamientos pero, según recoge el informe del Valedor, en muchos casos no se cumple con esta obligación, aduciendo a veces falta de medios. No obstante, para conseguir este fin, las administraciones locales tienen la posibilidad de solicitar a la Consellería de Medio Ambiente sonómetros, que cede de forma gratuita.

Al margen de las ordenanzas municipales, el marco normativo autonómico también tiene que desarrollarse, después de que la Ley gallega contra la contaminación acústica fuese derogada por la de medidas fiscales y administrativas (lo que se conoce como Ley de Acompañamiento a los presupuestos) de 2011. El compromiso era promover una alternativa en el plazo de un año, aunque todavía esta cuestión está pendiente. En todo caso, la opción de la Xunta es desarrollar un decreto y no impulsar una ley, ya que considera la estatal un marco suficiente.

A este respecto, según las fuentes de la Consellería de Medio Ambiente consultadas por Europa Press, el Gobierno gallego impulsa ya un decreto que desarrolla la legislación estatal, que está en fase de borrador, y que vendrá a ocupar los huecos dejados por la derogación de la ley, evitando superposiciones legislativas.

Mediante esta normativa se preverán las suspensiones temporales de los objetivos de calidad acústica --los valores máximos en un plazo diario y anual permitidos por la legislación para determinadas zonas que clasifican los ayuntamientos--, que es la excepción que permite la propia normativa estatal y que, generalmente, está vinculada a eventos puntuales como pueden ser las fiestas de un barrio.

Este decreto también implica la creación de una comisión de coordinación, puesto que existen diferentes estamentos con atribuciones, como la Xunta y los ayuntamientos, que son "los verdaderos implicados", como destaca el departamento autonómico.

De hecho, una de las obligaciones que acarreará este decreto será la de redactar ordenanzas municipales, para lo que los ayuntamientos tendrán un año. En este sentido, la consellería baraja la posibilidad de impulsar una ordenanza "tipo" que podría auxiliar a algunos ayuntamientos.

CINCO AÑOS PARA ADAPTAR LAS CARRETERAS

Por otro lado, en materia de calidad acústica, el decreto también atañe a las infraestructuras viarias y, en este sentido, las carreteras autonómicas "deberán alcanzar" los niveles establecidos en un plazo "de cinco años" desde que entre en vigor esta normativa.

Para esta labor en la que la Xunta se da un lustro, las pantallas acústicas serán las medidas correctoras que se emplearán, aunque para reducir los decibelios también se pueden emplear barreras naturales como árboles.

Vinculada precisamente con la red viaria se encuentra la elaboración del mapa de ruido, que es de obligada revisión cada cinco años y que ya tenía que estar listo también en 2012. El plazo de ejecución de este proyecto, una vez que se licite --está en esta fase--, será de diez meses.

Según la información remitida al Ministerio del ramo por parte de la Consellería de Medio Ambiente, el mapa se desarrollará sobre 514,36 kilómetros de red viaria de Galicia en los que se sobrepasan los tres millones de vehículos al año.

De ellos, y según los datos del departamento que dirige Agustín Hernández, 227,59 kilómetros se corresponden con la provincia de A Coruña; 246,48 kilómetros, con la de Pontevedra; 32,78 kilómetros, con la de Ourense; y 7,11 kilómetros, con la de Lugo.

Los mapas de ruido es una cuestión que atañe, asimismo, a los ayuntamientos de más de 100.000 habitantes que cuenten con una densidad poblacional determinada por la ley. A ello están obligados, en el caso de Galicia, los ayuntamientos de A Coruña, que ha cumplido con su elaboración, y el de Vigo, que todavía no lo ha actualizado.

Con todo, fuentes del Consistorio vigués han asegurado a Europa Press que la revisión del mapa de 2007 --necesaria cada cinco años-- está en marcha y, de hecho, prevé remitir la nueva carta "de forma inmediata" a la Consellería de Medio Ambiente.

RUIDO NATURAL

Pero el ruido que rodea el ambiente, fuera del producido por la acción humana, también alcanza otros aspectos. Así, los fenómenos meteorológicos contribuyen a elevar también los valores medios.

Sin embargo, de las conclusiones de un informe realizado por la Administración autonómica en esta materia se deduce que el nivel de ruido residual, lo que se considera sonido natural, es "bueno" en Galicia, y de hecho, tiene valores "aceptables" pese a que el entorno cuenta con "abundante presencia de adversos climatológicos".

En todo caso, la protección y conservación de estos valores frente a otro tipo de agresiones acústicas, constituye "un objetivo a alcanzar" en las ciudades gallegas, tal y como señala este mismo documento, en el que se apunta que la mejora de la calidad acústica se produce con la existencia de zonas verdes en entornos residenciales, sobre todo, actuando como "barreras acústicas" entre la calzada y las viviendas.

Este primer informe que analiza el ruido en Galicia y que tiene vocación de continuar, según las fuentes de la consellería consultadas, busca contar con datos más precisos, por lo que la intención es, aunque este objetivo no tiene plazos, incorporar sonómetros en lugares de similares características en distintas ciudades, con el fin de que se pueda hacer una comparación más ajustada.