Las principales acusadas en el juicio por la Operación Cormorán atribuyen sus bienes al ejercicio de la prostitución

Actualizado: miércoles, 21 diciembre 2022 10:33

Una de las imputadas alegó que con el dinero que le había tocado dos veces en la lotería había adquirido un bajo comercial y un restaurante

PONTEVEDRA 28, (EUROPA PRESS)

La pareja sentimental del presunto líder de la trama desarticulada en la 'Operación Cormorán', Teresinha de Jesús Carvalho, y Lidia Niele Maia Costa, que tuvo un hijo con éste, justificaron la posesión de un valioso patrimonio --que la Fiscalía cuantifica en 12 millones de euros-- por su ejercicio de la prostitución. El Ministerio Público considera, sin embargo, que "no tienen forma de justificarlo".

En la segunda sesión del juicio celebrado en la Audiencia Provincial de Pontevedra contra una de las mayores redes de blanqueo de capitales procedentes del narcotráfico se sentaron en el banquillo nueve de los 32 acusados iniciales, ya que los otros 23 se declararon culpables en la primera jornada y así lograron reducir la solicitud de pena para ellos.

Solo uno, Juan Carlos Pérez Vázquez, aceptó en esta ocasión una pena de seis meses de prisión y una multa de 18.000 euros por el valor del vehículo que tenía a su nombre y que reconoció que pertenecía al supuesto cabecilla de la trama, José Antonio Pouso Rivas, alias 'Pelopincho', que permanece en paradero desconocido.

Así, prestaron declaración ocho imputados, a los que se sumaron cinco testigos. Para la sesión de mañana, y a instancia del juez, Xosé Xoán Barreiro, la Fiscalía y las defensas renunciaron a convocar a varios testigos que iban a ser interrogados. El fiscal especialista en delitos económicos, Augusto Santaló, prescindirá también de la intervención de un perito, puesto que "la valoración de los bienes está ahí, incautados, en el Registro de la Propiedad y las escrituras notariales".

Tampoco es probable que se evalúe una prueba caligráfica solicitada inicialmente, pero que no se llegó a realizar en el Juzgado de Instrucción, para cotejar la firma de Natividad Laborde, imputada y esposa del abogado pontevedrés Manuel Franco Argibay, otro de los presuntos cerebros de la red y que, al igual que Pouso Rivas, está en busca y captura por encontrarse también en paradero desconocido.

"Reconozco que las operaciones las hacía prácticamente todas Franco y puede ser uno de esos escasos supuestos en los que el fiscal retira la acusación", expuso Santaló al término de la vista.

DECLARACIONES

En cuanto a la declaración de los imputados, las brasileñas Teresinha de Jesús Carvalho y Lidia Niele Maia Costa coincidieron en afirmar que el patrimonio que poseían lo habían comprado con su propio dinero. Aunque solo quiso contestar a las preguntas de su abogada y rechazó las que iban a formular el fiscal y los demás letrados, Lidia Niele Maia explicó al tribunal que percibía "mucho dinero" desde que se había especializado en la práctica de "servicios especiales", como sadomasoquismo, coprofilia y prácticas que "nadie quería hacer".

Llegó a asegurar que podía conseguir más de 30.000 euros en un solo día, y que gracias a sus servicios había conseguido clientes fijos en ciudades como Málaga, Madrid y Barcelona, que aún conservaba en la actualidad.

También alegó que le había tocado la lotería hasta en dos ocasiones, y que con el dinero conseguido había comprado un bajo comercial y un restaurante. El fiscal Augusto Santaló calificó de "manido y recurrente" este argumento y tildó de "extravagante" la explicación sobre su ejercicio de la prostitución. "Cada uno se defiende como puede o como quiere, está en su derecho", añadió Santaló.

Declaró también el matrimonio formado por Benito Suárez Bouzón y Gloria Milena Quintero. La mujer asumió la inyección de dinero en metálico en la firma de inversiones Arte y Naturaleza, así como la compra de una casa, en ambos casos a cuenta de sus ahorros como prostituta, una actividad que llevaba realizando desde 1994 no solo en España, sino también en isla antillana de Aruba, en Alemania, Suiza y Mallorca.

Por su parte, su marido negó conocer que Pouso Rivas se dedicara al narcotráfico y haber participado con él en alguna descarga de droga. Sobre el origen de sus ahorros, los atribuyó a su época como marinero y a la práctica del furtivismo. Y sobre la titularidad de un coche de alta gama que le atribuía la Fiscalía, Benito Suárez contestó que estaba a nombre de la hija de 'Pelopincho'.

Precisamente, a continuación declaró Vanesa Pouso Cacabelos, quien aseguró que no tenía relación con su padre, al que llegó a denunciar por maltrato. Al igual que anteriores acusadas, alegó que trabajaba como "chica de compañía" para justificar cómo había obtenido el dinero con el que compró un piso en Rianxo. Tampoco confirmó si José Antonio Pouso Rivas se dedicaba al tráfico de estupefacientes: "Pensaba que se dedicaba a vivir de las mujeres", aseguró su hija.

Además, declaró Antonio Gómez Eiras, un albañil contratado para hacer obras en varias viviendas y locales vinculados a Pouso Rivas, del que dijo que "supuestamente era marinero", aunque no se interesó por su oficio argumentando que su obligación era "trabajar y cobrar". Explicó que en la reforma de una casa antigua encontró "por casualidad" un tragaluz que llegó a tapar y abrir en varias ocasiones y en el que Pouso y Teresinha de Jesús Carvalho habían guardado algo que identificó como "folios", no billetes.

La última en declarar fue S. P. G., una administrativa de Arte y Naturaleza --actualmente en fase concursal-- que relató hasta cuatro inversiones de 150.000 euros, si bien había llegado a efectuar operaciones por un valor superior a un millón de euros. "Todo se decidía en Madrid", indicó la acusada, que también aseguró desconocer que Pouso Rivas pudiera dedicarse a actividades ilícitas.