El Imedea descubre que los únicos tres mamíferos terrestres autóctonos de Baleares desaparecieron con la llegada humana

Actualizado: sábado, 4 septiembre 2010 15:00

PALMA DE MALLORCA, 4 Sep. (EUROPA PRESS) -

Investigaciones realizadas en el Instituto Mediterráneo de Estudios Avanzados (Imedea) han permitido precisar que los únicos tres mamíferos autóctonos de Baleares desaparecieron tras la llegada de los humanos a las islas, según ha asegurado a Europa Press Josep Antoni Alcover, uno de los investigadores que ha dirigido el estudio 'Cronología y causas de las extinciones de vertebrados autóctonos en Canarias y Baleares'.

Alcover ha explicado que el objetivo de este proyecto, en el que se ha trabajado los últimos seis años, era establecer una cronología precisa sobre la extinción de las especies endémicas de ambos archipiélagos, así como datar la llegada de diferentes especies introducidas por los humanos.

Así, el científico ha señalado que, en el caso de Baleares, se han encontrado restos fósiles de tres mamíferos terrestres en Mallorca y Menorca que habitaron en las islas por lo menos hasta alrededor del año 3.000 a.C., "fecha que representa la evidencia de presencia de mamíferos autóctonos más reciente conocida", ha puntualizado. Alcover ha señalado que "probablemente estas especies se extinguieron en el periodo comprendido entre el año 2.300 y 2.200 a.C., coincidiendo con la llegada de los seres humanos (datada entre el 2350 y el 2150 a.C.)".

Concretamente, estas especies son el "Myotragus balearicus", "una cabra de pequeño tamaño -unos 40 centímetros de altura- que se encontró por vez primera en cuevas de Mallorca y Menorca en 1909. Por otra parte, también se identificaron restos de la 'Rata cellarda' (Lirón careto) en Mallorca y Menorca (que fue descrita el 1919), una especie de unos 200-250 gramos de peso. La tercera de estas especies de mamíferos era la 'Musaraña' autóctona, cuyos restos se descubrieron en las mismas islas el 1909.

El investigador ha explicado que la llegada de los primeros humanos a las islas "provocó un cambio drástico en la ecología de las mismas, que comportó la extinción de las tres especies autóctonas de mamíferos y la introducción de otras". Alcover ha indicado que, si bien se desconoce con precisión el motivo de la desaparición de estas especies, "todo apunta a que la principal causa fue la introducción de enfermedades de la fauna acompañante de los humanos".

En esta línea, ha proseguido que "la incorporación de nuevos virus procedentes del exterior sin contacto previo suele tener consecuencias catastróficas para las especies", mientras que "los que ya han evolucionado con ellos no tienen tantas dificultades".

En este sentido, ha precisado que los humanos introdujeron en el archipiélago el resto de las especies mamíferas no voladoras que actualmente habitan. Así, los científicos han marcado un primer episodio de introducción de ejemplares de la fauna doméstica -cabras, ovejas, cerdos, bueyes y probablemente perros-, además de dos especies silvestres continentales -ratón de campo y un lirón careto distinto al que se extinguió-.

Más tarde, se produjo un segundo episodio importante que vino marcado por la llegada de los romanos, a partir del año 123 a.C., cuando se introdujeron en Mallorca y Menorca ejemplares de especies como la rata negra, el ratón doméstico, otra especie de musaraña, caballos, asnos, ciervos, salamanquesas, serpientes y comadrejas, entre otros, que afectaron a las especies ya establecidas en las islas y que produjo, de nuevo, la extinción de algunas de ellas.

De esta manera, Alcover ha afirmado que la fauna mamífera terrestre de Baleares gozó de "una gran estabilidad durante cinco millones de años, hasta la llegada de los humanos, cuando se extinguieron e introdujeron especies. Después, con la llegada de los romanos se produjo otro cambio ecológico importante".

Alcover ha señalado, por otra parte, que todavía existen algunas especies de aves autóctonas en Baleares. Los reptiles endémicos estuvieron a punto de extinguirse tras la introducción de las comadrejas en Mallorca y Menorca pero sobrevivieron en los islotes que rodean estas islas y en las Pitiusas (donde la comadreja no fue introducida). También los ferrerets (un pequeño anfibio autóctono descubierto el 1979) sobrevivieron en torrentes de la Sierra de Tramuntana.