PALMA DE MALLORCA 30 Ago. (EUROPA PRESS) -
El Juzgado de Primera Instancia número 7 de Palma de Mallorca ha condenado a una clínica privada de la capital balear y a su compañía de seguros a indemnizar con 72.850 euros a una mujer que en 1989 resultó contagiada con el virus de la hepatitis C a causa de una transfusión de sangre.
Según se recoge en la sentencia, a la que tuvo acceso Europa Press, a pesar de los años de diferencia entre la transfusión sanguínea y la detección del virus, puede establecerse una relación de causa dado que existe una lista cerrada de vías de contagio.
Al descartarse en la demandante todas salvo la transfusión y demostrarse que no pertenece a ninguno de los grupos de riesgo --drogas intravenosas, tatuajes o piercings, profesión sanitaria--, el tribunal entiende que lo más probable es que se contagiara en la transfusión de sangre de 1989 y concluye que es suficientemente clara la relación de causalidad.
Además, se descarta que antes de la transfusión de 1989 pudiera tener ya la enfermedad, habida cuenta que las transaminasas anteriores --gracias a las cuales se puede detectar la hepatitis C-- eran normales y resalta que en aquella época sí se conocía de la existencia de la enfermedad y sus vías de posible contagio, por lo que existía la posibilidad de informar de los riesgos, algo que tampoco se hizo.
La cuantía reclamada era de 300.000 euros. La hepatitis C es una enfermedad que tarda, como regla general, bastantes años en manifestarse y aún más en diagnosticarse, que es lo que sucedió en este caso. En una analítica rutinaria, ocho años después, se apreció una elevación excesiva en las transaminasas, lo que permitía apreciar un daño hepático, tras el cual se comenzaron a realizar pruebas para averiguar su origen o causa, confirmándose la infección.