WASHINGTON, 11 Abr. (EP/AP) -
Un comandante del Ejército estadounidense ha determinado que los marines acusados de matar a civiles tras un atentado suicida en Afganistán el mes pasado hicieron un uso excesivo de la fuerza y ha remitido el caso al Servicio de Investigación Criminal Naval para una investigación más en profundidad, según ha podido saber la agencia Associated Press.
La investigación inicial del incidente del 4 de marzo, en el que murieron hasta una decena de civiles afganos, concluyó que los la respuesta de los marines fue "desproporcionada ante la amenaza inmediata", según informaron un responsable de Defensa hoy, que pidió el anonimato porque los resultados de la investigación no han sido revelados.
El mayor general Francis H. Kearney, jefe del Mando Central de Operaciones Especiales, comenzó su investigación tras adoptar la medida poco frecuente de ordenar que la unidad de unos 120 marines abandonara Afganistán.
El Gobierno afgano ha realizado su propia investigación pero todavía no se conocen los resultados. El presidente, Hamid Karzai, condenó el incidente, en el que según el Ejército norteamericano, los soldados podrían haber abatido a algunos civiles al disparar contra milicianos que les atacaron en Nangahar tras la explosión de una furgoneta al paso de un convoy estadounidense.
