Aumento de las tensiones por la posible visita del ultraderechista Ben Gvir a la Explanada de las Mezquitas

Archivo - Itamar Ben Gvir, líder del partido ultraderechista Otzma Yehudit y nuevo ministro de Seguridad Nacional de Israel
Archivo - Itamar Ben Gvir, líder del partido ultraderechista Otzma Yehudit y nuevo ministro de Seguridad Nacional de Israel - Ilia Yefimovich/dpa - Archivo
Publicado: lunes, 2 enero 2023 11:55

Hamás y Yihad Islámica advierten de las repercusiones de las acciones del ahora ministro de Seguridad Nacional

MADRID, 2 Ene. (EUROPA PRESS) -

El nuevo ministro de Seguridad Nacional de Israel, Itamar Ben Gvir, líder del partido ultraderechista Otzma Yehudit, estaría planeando realizar una visita esta semana a la Explanada de las Mezquitas, lo que podría derivar en un repunte de las tensiones en la zona, especialmente a raíz de las amenazas vertidas en las últimas horas por el Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás) y Yihad Islámica.

Ben Gvir tomó posesión la semana pasada como parte del nuevo Gobierno liderado por Benjamin Netanyahu, que encabeza una coalición integrada por varios partidos ultraortodoxos y ultraderechistas. Previamente, la Knesset tuvo que aprobar una ley para expandir las competencias que tendrá, en el marco de su acuerdo con el Likud.

La legislación, muy controvertida, enmienda las regulaciones existentes y le da autoridad sobre la Policía y le permite diseñar las políticas generales y "los principios generales de acción" de esta fuerza desde su ministerio, creado de forma expresa para él.

Asimismo, transfiere a su cartera el control de la Policía Fronteriza en Cisjordania, una unidad que cuenta con cerca de 2.000 soldados y que tiene entre sus funciones con tareas antidisturbios, arrestos y evacuación de asentamientos. Hasta ahora estaba bajo órdenes del Ejército.

La ley fue criticada por el ahora exministro de Seguridad Omer Barlev, quien dijo que la legislación da unas competencias demasiado amplias y difusas, y por el Gobierno palestino, que ha recalcado que la presencia de políticos como Ben Gvir en el nuevo Gobierno israelí podría llevar a un repunte de las tensiones debido a su agenda "expansionista" y "racista".

En este sentido, el portavoz de la Presidencia de la Autoridad Palestina, Nabil abu Rudeina, afirmó la semana pasada que dar más competencias a Ben Gvir es una "escalada peligrosa" y pidió al Gobierno estadounidense que "convierta sus palabras en acciones, ya que está comprometida con la solución de dos estados".

En este contexto, la oficina de Ben Gvir ha informado a la Policía israelí que le gustaría realizar la visita este martes --décimo día del mes de Tevet, una festividad que recuerda los acontecimientos que llevaron a la destrucción del Primer Templo, que se erigió en este lugar-- o el miércoles, según la emisora pública Kan.

Poco después, el propio Ben Gvir confirmado que tiene planeada una nueva visita a la Explanada de las Mezquitas, conocida como Monte del Templo por los judíos y el lugar más sagrado para el judaísmo. El lugar es también el tercer lugar más sagrado para el islam.

"Doy las gracias a los medios por interesarse por el asunto de las visitas al Monte del Templo", ha dicho en un mensaje en su cuenta en Twitter. "El Monte del Templo es un asunto importante y, como he dicho, pretendo realizar una visita al Monte del Templo", ha agregado.

"En lo relativo al calendario, prometo informar sobre cuándo realizaré la visita. Me encantaría que los informativos de todas las tardes arranquen con informaciones sobre la cuestión de cuándo planeo visitar el Monte del Templo", ha manifestado.

La petición de Ben Gvir, quien ha pedido en varias ocasiones cambiar el 'statu quo' en el lugar --que ahora impide a los judíos rezar en la Explanada de las Mezquitas--, será estudiada este mismo lunes por la cúpula de la Policía, según 'The Times of Israel'.

El líder de Otzma Yehudit afirmó a mediados de noviembre que "no dice que el Monte del Templo no sea sagrado para otros". "Tenemos que recordar que es nuestro corazón y nuestra historia. Estamos en contra del racismo y no se puede decir a un judío que no puede ir por ser judío. Estoy por la igualdad de derechos", zanjó.

El 'statu quo' vigente permite únicamente que los judíos visiten la Explanada de las Mezquitas en horarios predeterminados y que la recorran a través de una ruta fijada, acompañados por policías que deben vigilar que los fieles no recen o que introduzcan banderas israelíes u objetos religioso judíos.

Sin embargo, las autoridades palestinas han criticado la creciente laxitud en la aplicación de estas restricciones, con imágenes que muestran a judíos ultraortodoxos rezando ante la mirada de los agentes, lo que ha derivado en múltiples ocasiones en enfrentamientos con musulmanes e incluso al uso de la fuerza por parte de los policías en lugares sagrados de la Explanada de las Mezquitas.

Las declaraciones de Ben Gvir, acusado en el pasado de incitar a la violencia y azuzar las tensiones con los palestinos, han hecho saltar las alarmas a nivel internacional ante un posible estallido de un conflicto, lo que ha llevado a Netanyahu a incidir en que no busca un cambio del 'statuo quo' en el lugar, gestionado por Jordania.

En este sentido, afirmó la semana pasada durante la presentación de las principales líneas de su Gobierno que "el 'statu quo' en asuntos de religión y Estado se mantendrá, tal y como ha sido aceptado durante décadas en Israel, incluido en lo relativo a los lugares sagrados".

'Bibi' apuntó además que "el pueblo judío tiene derecho exclusivo e incuestionable a todas las áreas en la Tierra de Israel" y adelantó que impulsará la expansión de los asentamientos en Cisjordania y que "trabajará para reforzar el estatus de Jerusalén", lo que podría derivar igualmente en un repunte de las tensiones.

ADVERTENCIAS DE GRUPOS PALESTINOS

Las informaciones sobre la posible visita de Ben Gvir a la Explanada de las Mezquitas se ha visto seguida automáticamente por una serie de advertencias por parte de Hamás y Yihad Islámica, considerados grupos terroristas por Israel.

El portavoz de Hamás, Abdelatif al Qanu, ha recalcado que este plan "refleja la arrogancia de un gobierno fascista de colonos y sus intenciones premeditadas de elevar las incursiones y los ataques contra la mezquita de Al Aqsa con la intención de dividirla".

Así, ha incidido en que esto podría ser "un detonador" de un conflicto y ha dicho que el Ejecutivo israelí "asumirá las consecuencias", según ha recogido la agencia palestina de noticias Maan. "Nuestro pueblo hará frente con valentía a estas estupideces y provocaciones y no permitirá que los planes de la ocupación se materialicen", ha afirmado.

En esta línea se ha expresado el portavoz de Yihad Islámica, Tareq Selmi, quien ha descrito a Ben Gvir como "ministro del Terrorismo y el Fascismo". Selmi ha criticado además que el Gobierno "fascista" de Israel "ha adoptado la agresión y el terrorismo como su principal programa de trabajo".

La situación ha generado también preocupación a nivel internacional y el rey Abdalá II de Jordania llegó a reclamar la semana pasada al nuevo Gobierno israelí que no cruce las 'líneas rojas' de Amán en lo relativo a los lugares sagrados de Jerusalén.

De hecho, la Autoridad Palestina y Jordania lanzaron recientemente una iniciativa para salvaguardar el 'statu quo' en el lugar. Jordania, custodio de la Explanada de las Mezquitas, firmó un acuerdo de paz con Israel en 1994 y ambos países mantienen unas relaciones bilaterales que podrían verse dañadas por las tensiones en la zona.

Israel se hizo con el control de la Explanada de las Mezquitas y el resto de la Ciudad Vieja de Jerusalén durante la Guerra de los Seis Días (1967). Sin embargo, permitió que Amán siguiera manteniendo la autoridad religiosa en el lugar y, según el acuerdo de paz, reconoció el "papel especial" de Jordania sobre "los lugares santos musulmanes en Jerusalén".

Israel considera Jerusalén como su capital "indivisible", si bien el estatus de la ciudad está pendiente de un acuerdo de paz con las autoridades palestinas, que reclaman Jerusalén Este como capital de un Estado en las fronteras de 1967 en el marco de una solución de dos estados respaldada por la comunidad internacional, que apela igualmente a que no se realicen cambios al 'statu quo'.

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