Actualizado: martes, 24 mayo 2016 18:41


AMÁN, 24 May. (Reuters/EP) -

Un grupo de combatientes sirios respaldados por Estados Unidos ha lanzado este martes una nueva ofensiva contra el Estado Islámico cerca de la ciudad de Raqqa, considerada la capital de la organización terrorista.

Las Fuerzas Democráticas Sirias (SDF), coalición de la que forman parte las Unidades de Protección Popular kurdas (YPG), son el principal socio de Estados Unidos para combatir en el terreno contra los terroristas.

Con el apoyo de bombardeos estadounidenses, las YPG han logrado expulsar al Estado Islámico de grandes zonas en el norte de Siria a lo largo de este año, aunque sus avances se han visto ralentizados últimamente.

Un portavoz de las SDF, Talal Silo, ha declarado que la campaña no planeaba atacar de momento la ciudad de Raqqa, pero ha añadido que cuando un ataque fuera inminente, éste debería estar liderado por los milicianos árabes. Algunos expertos en el conflicto sirio han valorado que las SDF todavía no están preparadas para llevarlo a cabo.

La operación por tierra ha estado respaldada por una serie de bombardeos que la coalición liderada por Estados Unidos ha dirigido a diferentes objetivos militares en la zona.

El ataque ha sucedido tras una visita del responsable del Mando Central estadounidense, Joseph L. Votel, que ha sido el militar de más alto rango que ha visitado Siria desde que estalló la guerra en 2011. Durante su visita, Votel se reunió con algunos comandantes de las SDF así como con tropas norteamericanas que están ayudando en las labores de entrenamiento.

Aunque los expertos indican que las SDF no están listas para atacar Raqqa, la coalición ha logrado arrebatar algunas zonas importantes al Estado Islámico y en febrero capturaron la ciudad de Shadadi, un punto clave para la logística del grupo terrorista y cuya captura ha aislado a Raqqa.

El territorio controlado por el Estado Islámico se ha visto drásticamente reducido desde su punto álgido, además, la organización terrorista también está sufriendo ataques en una campaña separada liderada por el Ejército sirio y sus aliados, entre los que se encuentra Rusia.

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