RANGÚN 29 Abr. (Reuters/EP) -
Las autoridades birmanas deberían abordar urgentemente la situación de alrededor de 140.000 musulmanes desplazados a causa de los conflictos sectarios en el estado de Rajine (oeste) y duplicar el número de efectivos de las fuerzas de seguridad para que controlen la, todavía volátil, situación en la región, según ha informado este lunes una comisión gubernamental.
Las recomendaciones de la comisión surgen días después del informe presentado por la ONG Human Rights Watch (HRW) en el que acusaba a las fuerzas de seguridad birmanas de ser cómplices de la "limpieza étnica" que se produjo entre los meses de junio y octubre de 2012, en la que al menos 192 personas perdieron la vida y unas 140.000 se vieron obligadas a abandonar sus hogares.
La comisión ha instado a los líderes budistas y musulmanes a que fomenten la tolerancia religiosa y étnica, pero también ha recomendado que se mantengan separadas a ambas comunidades "al menos hasta que los conflictos desaparezcan".
La comisión ha afirmado que los budistas rajine se sienten amenazados por el "rápido crecimiento de la población bengalí", por lo que ha recomendado al Gobierno que cumpla con el programa de planificación familiar y se abstenga de "aplicar medidas no voluntarias que podrían considerarse discriminatorias o incompatibles con los estándares de Derechos Humanos".
Asimismo, ha instado al Ejecutivo y a las organizaciones internacionales a que, antes del monzón, mejoren la seguridad alimentaria y las condiciones de vida de los refugiados que se encuentran en campamentos masificados y ha advertido de que no atender a "las necesidades de los 'no ciudadanos' podría dar lugar a nuevos disturbios".
"Podrán vivir y coexistir con otros ciudadanos solo cuando sean considerados ciudadanos" birmanos, ha incluido la comisión a través de sus recomendaciones. A su vez, ha añadido que el Ejecutivo tiene que mejorar las condiciones de vida de la minoría rohingya, para lo cual tendría que suministrar ayuda humanitaria y afrontar la reconstrucción de sus hogares.
Según un informe de la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos (OCHA), al menos 140.000 personas permanecen desplazadas en Birmania, pero se estima que la cifra sea mucho más elevada.
Naciones Unidas ha pedido inmediatamente que se facilite refugios adecuados a las cerca de 69.000 personas que viven en áreas inundadas y tiendas de campaña que no resisten al monzón. De acuerdo con las autoridades, el estado de Rajine alberga a unos 800.000 rohingya procedentes de Bangladesh.