Crónica Turquía.- Turquía pide perdón por el asesinato de tres empleados de una editorial cristiana

Actualizado: jueves, 19 abril 2007 19:19

La prensa local denuncia la intolerancia con el cristianismo en Turquía y reclama que se deje de usar la religión con fines políticos

ESTAMBUL (TURQUIA), 19 Abr. (del corresponsal de EUROPA PRESS, Ildefonso González) -

El Gobierno turco condenó hoy el asesinato de tres empleados de una editorial cristiana en Malatya, en el este del país, mientras que la prensa local se declaró horrorizada por la "brutalidad" de un crimen que relacionó directamente con la muerte a tiros del sacerdote italiano Andrea Santoro y del periodista turco de origen armenio Hrant Dink.

Si anoche fue el primer ministro, el islamista moderado Recep Tayyip Erdogan, quien calificó el atentado de "salvajismo" y se mostró "profundamente entristecido", hoy le tocó el turno al presidente de la República, Ahmet Necdet Sezer. "Es un ataque atroz contra el actual entorno de paz y tranquilidad en Turquía", señaló Sezer, el mismo que hace una semana reconoció que "los esfuerzos por introducir la religión en la política están incrementado las tensiones sociales".

En términos muy similares se expresó el ministro del Interior, Abdulkadir Aksu. "Este incidente fatal es un serio golpe contra la atmósfera de unidad, tranquilidad, estabilidad y tolerancia", afirmó. Mientras, el jefe de la Diplomacia, Abdulá Gul, además de condenar el ataque "con vehemencia", se mostró "preocupado" por la imagen que estaba dando Turquía ante el mundo.

Por otra parte, los periódicos turcos coincidieron en dedicar sus portadas al crimen de Malatya, adjetivándolo como uno de los sucesos más negros en la historia reciente del país. El "Lunes Sangriento de Turquía", se atrevió a decir el 'Hurriyet'. Otros de los titulares más llamativos fueron: "Día tenebroso", "Provocación bestial en Malatya", "Bestialidad integrista en Malatya", "Masacre de misioneros", "Atrocidad en Malatya", "La mayor traición" o "De nuevo la misma metedura de pata".

Asimismo, la mayoría de los diarios recordaron los otros dos grandes ataques sufridos por la comunidad cristiana en Turquía durante los últimos meses: el del padre Santoro en su iglesia de Trebisonda (noreste) en febrero de 2006 y el de Hrant Dink cuando salía de las oficinas de su revista el pasado 19 de enero en Estambul. Algunos incluso llegaron a relacionar directamente los tres crímenes. "La pesadilla continua (...) El asesinato en Malatya era el tercer asalto de un complot sangriento", valoró el 'Milliyet'.

ASESINOS NATOS

Tanto los tres empleados de la editorial 'Zirve', como Dink y Santoro, fueron ejecutados por jóvenes. Los hasta ahora diez detenidos por el crimen de ayer tenían entre 19 y 20 años, mientras que los asesinos del parroco y del intelectual eran incluso menores de edad. Todo ellos, recordó la prensa, actuaron animados por grupos ultranacionalistas o islamistas. Precisamente, Malatya es un conocido feudo del ultranacionalismo en Turquía y allí nació hace 49 años Mehmet Alí Agca, el hombre que intentó asesinar a tiros al Papa Juan Pablo II.

"Todos los asesinatos fueron organizados por los mismos provocadores que manipulan a los jóvenes para cumplir sus objetivos", anotó la cabecera islamista 'Yeni Safak'. "Los jóvenes capturados por la Policía sólo eran 'robots', lo que implica que hay otras fuerzas detrás del asesinato", dijo 'Vatan'.

Por su parte, los columnistas turcos trataron de hallar una explicación a esta cadena de atentados religiosos. "Diferentes religiones han vivido pacíficamente juntas durante siglos en este territorio, y resulta difícil de entender la carencia de tolerancia que ha causado tanta sangre en el siglo XXI", se lamentó Mehmet Barlas, del 'Sabah'. "El asesinato en Malatya es el resultado de un odio creciente, de los esfuerzos por silenciar el asesinato de Hrant Dink y de los intentos de acabar con las elecciones presidenciales mediante medios ilegales", valoró por su parte Cengiz Çandar, del económico 'Referans'.

"TODOS SOMOS RESPONSABLES"

Mucho más incisivo se mostró el diario 'Hurriyet' y su editor en jefe, Ertugrul Ozkok, que descartó la implicación del Hezbolá turco y atribuyó el asesinato múltiple de Malatya a la "insensibilidad colectiva del pueblo turco". Los "pocos evangelistas" que se congregan en pequeñas iglesias de Turquía han sido objeto de una "violenta campaña de difamación", apuntó.

"Diarios liberales y televisiones locales, políticos conocidos como socialdemócratas, han criticado violentamente a los cristianos por sus 'actividades misioneras' y han acusado al Gobierno de taparse los ojos ante el aumento de dichas actividades. Cualquiera que rechace las alegaciones de que la religión está bajo ataque es responsable del asesinato en Malatya", argumentó Ozkok, apostillando que en Turquía "no hay tolerancia para unas pocas iglesias y una decena de misioneros". Mientras, un columnista de 'Radikal', Murat Yetkin, pidió a los políticos que dejen de "manipular la religión con objetivos políticos".

Más lejos incluso fue el misionero español Carlos Madrigal, asentado en Estambul desde hace casi dos décadas. En una entrevista a Europa Press, acusó indirectamente a la clase política y a la prensa turca del ataque en Malatya, en la medida en que ambos agentes utilizan un "discurso anticristiano" que supone un "caldo de cultivo" para los fanáticos.

MISIONEROS Y TERRORISMO

No hace falta retroceder mucho en el tiempo para obtener una muestra de ello. Ayer mismo, pocas horas después del atentado, un miembro del Gobierno turco, Niyazi Guney, sostuvo que "las actividades misioneras son más peligrosas que el terrorismo". Igualmente, advirtió de que estas actividades, que crecen "sin control", estaban detrás del brutal asesinato en 2002 de Necip Hablemitoglu, académico y especialista en grupos islámicos.

Hace dos años, el ministro de Asuntos Religiosos, Mehmet Aydin, soltó la siguiente perla en respuesta a una pregunta parlamentaria: "Las actividades misioneras no están ligadas a la libertad de culto, sino que forman parte de actividades políticamente motivadas".

Ahora, las autoridades están investigando si la editorial Zirve cumplía con las leyes turcas, que impiden a la minoría cristiana hacer proselitismo. "La libertad religiosa está contemplada en lo jurídico, pero en la práctica no se puede ejercer todo. No se puede hacer propaganda, actividades de tipo religioso fuera de las iglesias. Entonces, se hace todo en el recinto del centro, de las casas religiosas", relató hace unas semanas a Europa Press el presidente de la Unión de Religiosos y Religiosas de Turquía, el franciscano mexicano Rubén Tierrablanca.