PEKÍN, 4 May. (EUROPA PRESS) -
Una delegación de la Liga Nacional para la Democracia (LND) --principal fuerza opositora de Birmania-- viajará a China la próxima semana, en su primera visita oficial, pero su líder, la premio Nobel de la Paz Aung San Suu Kyi, no podrá ir porque es demasiado mayor.
Han Thar Myint, del Comité Central de la LND, ha explicado al diario 'South China Morning Herald' que las autoridades chinas especificaron en su invitación que los miembros de la delegación de la LND debían ser menores de 60 años de edad, aunque no explicaron las razones.
"Suu Kyi tiene 67 años de edad, por lo que no podrá ir", ha aclarado al 'SCMH', al tiempo que ha considerado que, "si el Partido Comunista de China (PCCh) la invita formalmente, no habrá problemas para que visite el país".
Sin embargo, el jefe de la sección política de la Embajada de China en Rangún, Gao Mingbo, ha asegurado que desconoce la limitación de la edad. "Interpreto esta visita como un ejercicio de calentamiento. Como dice un proverbio chino, el canal se construirá cuando fluya agua", ha indicado.
Una primera delegación de la LND, formada por 12 miembros, visitará China entre el 8 y el 18 de mayo. Otra lo hará el próximo mes de junio. En ningún caso se conocen los motivos. "Todavía no conocemos el programa", ha asegurado Han Thar Myint.
Desde marzo de 2011, cuando comenzó la transición democrática en Birmania, se ha especulado con la posibilidad de que la líder opositora visite China, el principal inversor y aliado regional del empobrecido país asiático.
Desde que llegó al poder, en esa fecha, el Gobierno de Thein Sein ha dado pasos democráticos, como la celebración de elecciones legislativas, la liberación de cientos de presos políticos, la legalización de los sindicatos, la flexibilización de la censura mediática y un diálogo de paz entre las minorías étnicas y religiosas.
Además, ha combinado la transición política con una económica con la que pretende atraer a la inversión extranjera para aprovechar el potencial birmano. Con este propósito ha diseñado un plan anual y ha pedido ayuda al Fondo Monetario Internacional (FMI) para implementarlo, apuntando también a un futuro acuerdo bilateral.
En respuesta, la Unión Europea (UE), Estados Unidos y Australia han comenzado a derogar las sanciones que impusieron a la Junta Militar por violar los Derechos Humanos, aunque han advertido de que para su derogación definitiva, el Gobierno debe completar la transición democrática
